Tal vez,
lo que más me guste de la vida a tu lado no eres tú, ni tu sonrisa, ni esa
manera de andar hacia mí cuando tienes la intención de besarme... bueno, tal
vez eso sean tres las cosas que más me vuelvan loca ahora mismo. Pero sin duda
alguna, parece que a tu lado, cambia la perspectiva de todo.
Nos
obsesionamos pensando en un príncipe azul, en una vida de color de rosa, en un
bosque verde y denso. Pero, no sé si es que me haces ser diferente o a mí se me
han ido todos los espectros de luz y ahora le pongo más brillo a todos los
momentos que paso contigo. Suenen notas amarillas cuando haces que estalle mi
risa y me vienen a la cabeza momentos contigo en la playa, en una montaña rusa
o mirando el Duomo a 1600 km de casa. Pones dulces tonos pastel cuando me
colocas el pelo detrás de la oreja, cuando me estoy quedando dormida y me tapas
para después darme un beso y susurrarme "buenas noches mi vida, que
duermas bien" y, sobretodo, cuando sea donde sea me miras con esa cara de
no querer soltarme.
También,
y aunque no sea el mejor color de todos para muchos, mis despertares ahora son
marrones. Tienen ese tono del café cuando me lo tomo a tu lado y parece que la
escena se satura de calor y temperatura cuando nos abrazamos. Otra vez más, sin
ser el más querido, contigo las cosas a veces se vuelven negras; y a mí,
particularmente, me recuerda a cuando tenemos algún problema y a nuestra manera
de saber hacer que las cosas vuelvan a su cauce, por eso me encanta.
¿Qué
puedo decir del violeta? No podías haber estado más guapo que con esa camisa el
día que te conocí. Noches en Madrid tú y yo jugando a ser mayores cuando nos
arreglamos para ir a disfrutarnos. Y el rojo...me encanta verte acalorado ya
sea por sudar, por reírte, por jugar a lucha, por perder el aliento o por hacer
que te mueras de la vergüenza.
Ya te
digo que no hay mejor acierto que una casualidad bien hecha y sin esperar.
Parece que has sido el mejor acierto, el color acertado y el tono adecuado para
mi vida.