domingo, 21 de agosto de 2016

Me corto y me abro

Cuando la vi.
Cuando la vi, me estremecí.
Como se estremecen las amapolas con el viento del norte;
Como esa lluvia que pegaba en el cristal de tu casa mientras nos ahogábamos de risa.

Una incertidumbre pasajera que se moría por hacer que descubriéramos el mundo, un par de bonitas sonrisas que acarician su veintena.

Y, pasado aquel momento, no se borrarán las noches que hemos perseguido bailando, las lágrimas que se han evaporado, las horas clavadas en papel.

Por eso te he querido siempre tanto, porque contigo parece que las cosas salen bien, porque crees en los finales felices y contigo son trayectos emocionantes.

Ahora sopla viento norte y no sé qué pasará con las horas, las sorpresas, los secretos, los finales. Y ojalá eso fuera una duda sólida, dicen que es bonito sentir miedo por perder algo pues es entonces cuando verdaderamente lo tienes.