martes, 29 de enero de 2019

Ilógicamente humano


Es totalmente ilógico. Como la forma en la que uno se arrastra por el amor de un hijo; como las cenefas de lágrimas que uno dibuja incluso cuando ya es tarde para todo.

Porque si fuera coherente, no sería verdadero. Si no te levantases con el pecho ardiendo, no sería auténtico. Porque si duele tanto que hasta es placentero, puede que haya un atisbo de realidad.
Porque no tiene ningún sentido; y esa es la aseveración más sincera. No podemos buscar orden en el amor. No se pueden encontrar justificaciones que expliquen los actos que haces por amor. Ni se puede expresar a veces cuánto cansa el sentir que mueres por amor.
Porque la base del amor, la primerísima cosa que se ha de hacer, es respetar. Y antes ni siquiera de plantearnos el amar, debemos: querernos, cuidarnos y protegernos, a nosotros mismos.

No se debe prometer amor. No. Si amas, prometes respeto, sinceridad, cariño, flexibilidad, sacar el sol en los días grises y ser el sonido ambiente cuando la otra persona solo sea capaz de escuchar vacío. Ser los versos medidos de una historia y crear magia de un bostezo a su lado diciendo “te quiero”.

Y da igual por dónde empieces, pero debes empezar.
Da igual el pánico que te dé, pero debes atreverte.
Da igual cuánta oscuridad rodee una situación, debes ser quien ponga luz.

El momento en el que más bajo estás puede que sea el mejor; no tienes nada que perder, no tienes hacia donde caer. Solo vas hacia arriba. Solo in crescendo. Y es que si no te mueves pero tampoco puedes estar parado, quizá deberíamos cambiar hacia verticalidad y plantearnos qué hacer para que nos salgan alas.

Esas ansias de volar, esa fuerza que tenemos todos dentro, ese propósito de vida, el no poder dejar de respirar voluntariamente; todo eso debe ser amor. Porque no es lógico, no; pero si dejas de amar, si dejas de intentarlo, si permites que te venzan las ganas y desistes, entonces habrás muerto y nada de lo que hagas después podrá ser digno de llamarse humano. Amar, ilógicamente humano.

miércoles, 9 de enero de 2019

Solo aire


Y que no sea solo aire lo que respires.

Que entre en tus pulmones la luz, avocada entre tanto alveolo oscuro y reprimido. 
Que no sean frágiles tus manos, ni pobre la elaboración de tus sueños.
Que disfrutes tanto de las pequeñas cosas que veas belleza en la espuma de un café.
Que no guardes rencor, ni hagas ciegos a tus oídos; cultiva música, y arte, y tiempo.

Que no sea solo aire lo que respires, por favor.
Que la moneda con la que pagues se devalúe y cobre importancia ganar en especias; gastar en sonrisas.
Que no sean solo letras escritas en un poema. 
Que arda en ti la pasión y te atrevas a cometer otro error.
Que me salven esos besos tontos y pueda volver a hacer el amor.

Que no sea solo aire lo que respires, por favor.
Y que bailes, que luches, que te pisen.
Que llores y lluevas, bondad a pesar de tanto mal.
Que no tengas nunca la intención de parar.
Que tengas un propósito nuevo cada año; que te levantes con la idea de construir más rápido y destruir pausado.
Closeup Photo of Withered Flower 

Que no sea solo aire lo que respires, por favor.
Que todo se termina y solo tienes esta vida.
Que si fuera solo aire lo que respiras, acude en busca de nuevas rimas.