Siempre serás ese misterio encerrado en una puerta sin picaporte, la prisa que tiene el sol por salir cada mañana y la lenta puesta de sol que se despide maleducada.
Siempre serás el pegamento que une la burbuja rota en la que me encuentro y los agujeros de gusano de un universo que sea menos gigante. La aguja de la brújula que señala el sur y no el camino que debo seguir.
Siempre serás ese "quiero y no puedo" en el equilibrio entre morderte o no el labio y el arte de escribir una poesía a la estrella más brillante.
Siempre tendrás el nosequé que me vuelve loca de alegría cuando alguien dice tu nombre; y el impulso necesario para que el corazón se me dispare.
Serás ese crimen sin resolver que me lleva de cabeza al insomnio cuando, en las noches en las que más frío hace, te presentas como el asesino de mis pesadillas.
Puede ser, que nunca deje de pensar en lo que habría sido y de hecho es con alguien que no soy yo. Que el carmín que un día se quede marcado en tu mejilla me haga rabiar de dolor y envidia, que la realidad sea que cuando te llame le hable a tu contestador.
Ni el momento ni el lugar, ni los mejores compañeros nos abrazaron esa noche. Tal vez, y digo como un dubitativo muy aplastante, aún sigues sabiendo todo lo bien que encajaríamos si las cosas no hubieran sido como fueron...aún siendo una canción tan ideal, un número par, una temperatura perfecta entre tus brazos y el balance de alturas mejor planteado. Como el barco de papel más estable que acaba hundiéndose irremediablemente mientras espero sentada a que se vuelva de aire.