Qué bonita es la juventud. Qué regalo tan insultante y excluyente, qué magia encerrada entre dulces sonrisas y tersas figuras. Qué belleza...que nos abandona con los años y nos deforma poco a poco hasta que el recuerdo que nos inunda tiene notas de almizcle amargo.
Qué impotencia, vivir en contra de unas agujas que no se paran y no poder capturar ni los minutos ni los segundos. Experimentamos la esencia del tiempo mientras nos abruma el deseo de explotar más nuestros instintos, eso es la juventud: la revolución que nace de dentro, el fuego que arrasa con todo, la indiscrección hecha persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario