domingo, 15 de mayo de 2016

Suite Nº3, Bach

Me mata cuando callas.
Cuando te veo en linea y borras el mensaje, 
dejando que esa idea se pierda entre circuitos. 
Me ahoga que te cierres. 
Que no me pases tu canción preferida
cuando está sonando allá donde sigas.

Me deja helada.
Si te noto vacío, raro, descompasado.
Si no te ríes como siempre.
Noto cómo caigo;
cuando me hundes en la yactura de mis pensamientos;
escuchando al gran Lwidgin mientras tecleo este poema,
como si de su piano se tratase.

Y en el fondo,
cuando comienza a clarear su tormenta de notas,
sé que cuando te tengo delante, me abres el alma.
Y en la superfície,
me erizas cuando te veo disfrutar de mi perfume,
cuando me preguntas cada día mis costumbres.

Me destrozas y me elevas,
me entierras y resucitas,
haces que esa línea recta de objetivos 
se torne en una espiral que no te saca de mi cabeza.
Comienza Sebastian Bach su Suite Nº3
armonizando junto al tiempo
que hace que no te siento presente,
que hace que me quede sin aliento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario