En momentos de sufrimiento,
pégate a ti. Cuídate a ti.Amanezco mi día y me miro en las tripas, sabiendo que me quieren decir que algo no está bien.
Miro por la ventana y, al pasar la mano, la fina capa de condensación revela una ciudad maravillosa.
Se me encoge el estómago.
Miro al espejo y me doy un abrazo, porque en momentos de sufrimiento, me pego a mí.
Me cuido a mí.
Me preocupo por saber qué pasa dentro.
Es difícil leer el océano, mucho más uno que cargamos en nuestras entrañas.
Y poco a poco, conforme pasa el día y la noche cae diciéndonos que otro día se ha desvanecido,
encuentro refugio en una voz que nadie más escucha y me dice "mañana será otro día de oportunidades".
Porque en momentos de sufrimiento, hay muchas versiones de mí misma que me dicen que he estado en agujeros más profundos,
que he besado a diablos cuyo deseo era engañarme.
Y poco a poco, al amanecer de nuevo y desvelar esa ciudad que sigue siendo igualmente maravillosa,
me despierto pensando que no soy la misma,
que encuentro una leyenda en la cartografía de mi océano para poder entenderme.
Me doy las gracias y otro abrazo cariñoso.
En momentos de sufrimiento,
pégate a ti. Cuídate a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario