domingo, 27 de enero de 2013

Digamos


 Digamos que el amor no es egoísta, que es sincero y puro. Digamos que el amor es ciego y que me enamoré de ti la primera vez que te vi. Que he pasado tantos momentos buenos a tu lado que son ahora los que perduran en mi memoria a pesar de que ha habido muchos más malos. Que no sigo pensando en ti cada día. Que no espero cruzarme contigo cada día en una esquina en la calle y escuchar un simple “hola”. Digamos que no te añoro cada vez que tengo un rato libre. Digamos que no leo tus cartas cada semana y que no las vuelvo a colgar en su sitio. Digamos que no creo en las segundas, terceras y milésimas oportunidades. Digamos que no quiero que todo vuelva a ser como antes. Digamos que no te amo de forma de la que nadie te amó. Digamos que algún día me quedaré sin formas de explicarte lo mucho que te quiero. Digamos que cumplirás la promesa de que siempre estarías a mi lado y nunca me soltarías. Digamos que no estoy llorando y que mi corazón no está sangrando.
 Diga lo que diga sabes que te necesito más que al aire y que lo mal que lo estoy pasando no lo sabes ni tú ni nadie.

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