jueves, 28 de mayo de 2015

Me gustan los poetas

Que a mí me gustan los poetas, aquellos que dudan porque son felices y saben que tienen algo que perder. Aquellos que saben que tener miedo es lo mejor que les puede suceder porque les incita a crear la magia que solo ellos pueden enseñarnos. 
Me encantan los intrépidos que arriesgan su carcasa y se muestran desnudos frente a emulsiones desconocidas.

Soy fan de los valientes que descalifican sin pudor a los idiotas sin talento. En efecto, los que sienten el poder en sus manos son los capaces de hacer que el mundo se mueva, que corra, que vuele.

Queremos carreras y queremos vida, caerle mal a la gente y competiciones a sangre fría, envidias sanas y caricias que corten. Todas esas son las cosas que nos impulsan a hacer que cada uno de nosotros crezca un poco más.
Y por eso,me encantan los poetas. 

lunes, 25 de mayo de 2015

El veneno de lo que ya no es

Voy a guardarme los sellos de las cartas que no me has escrito
y a colgarte todas esas llamadas que nunca marcaste.
Voy a romper el reloj que no nos despertará cada mañana
y a atracar a mano armada la tienda de lámparas que iluminaban tus sueños.
Voy a empezar a torturar las sonrisas que nunca se llegaron a torcer
y a decir que no mereció la pena arañar los últimos besos.
Voy a contarle al mundo lo que las fotos me susurran cuando las miro
y no se si pensar en todos los momentos que jamás me enseñarán.

Me quedaré con sed de ti, rezando que la luna brille más 
que la última vez que bailamos a su compás.
Volveré a perderte entre las manos de aguja de alguna que te sepa querer
y ya no queda nada dentro de mí más que un gato negro y un andamio.
El futuro acecha sin mi y te ahoga cuando sueñas en la fuerza de mis piernas; no saltes nunca más si no te volviste mariposa cuando te amé como gusano.


Y ahora, vuelve otra vez, a intentar que trague el veneno de lo que ya no es.

No pretendas que cierre los ojos porque me cansé de aprender que tu eras voz y yo sonido.

Puede ser que ya no quiera un cobarde porque siempre fui más valiente,
quizá solo te pido que lo entiendas sin segundas partes que te lo expliquen. 
Me voy porque me he cansado del papel de la mala de la película, el fracasado que recoge los añicos, la puta realidad que a nadie le gusta. El veneno de lo que ya no es atravesó por completo la flecha sin dar opción.

domingo, 24 de mayo de 2015

Madrid se ha vuelto frío

Y el frío vuelve a Madrid,
sesgando cualquier atisbo de alegría,
acabando con los paseos de medio día
bajando al Retiro y comiendo helado a besos.


Y no lo entiendo
¿cómo algo tan eterno es a la vez tan frágil?
¿cómo el sudor de cada página
no se derramó desde el reloj de Sol?

Y no se puede contar:
que las bonitas historias de amor
acaban en el cielo, con poca ropa
y algo de baile en el metro.


Golpes de maracas y risas a carcajadas,
una rubia en un brazo y en el otro el pase
para que San Pedro no se niegue 
a dejaros pasar la Puerta de Alcalá.

Pero Madrid se ha vuelto frío de nuevo
y no se ve por ninguna parte el mar,
sólo lágrimas en el Manzanares
y nubes grises de alquitrán.

Las torres Kio se enderezan
y revoltosas piensan 
que en la Plaza Mayor se han vuelto locos
que ya nadie lanza piropos.

Las piernas de las madrileñas
ya no enredan como telerañas
ni te quitan el aliento,
pues no hay Venus que valga.

Madrid se ha vuelto frío y casi en junio
soy capaz de afirmar
que las fotos nunca fueron mejores;
yo sé la verdad: hay cosas que nunca llegarán a Madrid.

Pero la oscuridad ya no me asusta
vamos a por un gintonic en Gran Vía
y a dejar de buscar culpables.

Te confesaré que me estoy enamorando,
que mañana se me olvida
pero que hoy te cogeré la mano 
hasta que Chanquete haya muerto.

Y luego, un poco de dulce cerca de San Vicente
como no puede ser de otra forma.
Que esa calle es mágica y al doblar la esquina
está el fantasma que rezaba por los dos.

"Madrid no es tan frío" me cuentas
desde un parque del Retiro, 
que suene Reloj no marques las horas
que quiero comerte a besos desde Benidorm
y se está haciendo tarde para perder el tiempo.



miércoles, 6 de mayo de 2015

Reflexión martes noche.

Cada uno decide qué peli ver, si escoge palomitas o golosinas, si es más de Coca Cola o de Pepsi...qué comienzo tan absurdo para lo que podría ser una reflexión de martes noche. 
Pero lo cierto es que al final la vida son elecciones y tenemos que aprender que cada decisión acarrea unas consecuencias. No porque hayas acertado o no en lo que escogiste, sino que cada vez que decidimos algo, estamos renunciando a lo otro.
¿Acaso no puedo quedarme con todo? No, probablemente no. No se puede tener todo y es que la mayoría de veces la incompatibilidad de los fenómenos sustrae ese deseo de posesión tan humano que todos tenemos. 
No queremos renunciar, duele, hay inseguridad y cierto recelo. Incluso cuando tienes claro el camino.


Yo sé varias cosas sobre cómo voy a ver la película de mi vida:
-Llegaré unos 15 minutos antes, soy previsora y odio la inpuntualidad en general
-Me compraré una bolsa de palomitas dulces, de esas que te pringan los dedos con colorante artificial que es ultra malo (y está tan bueno) pero que solo comes en el cine (hay cosas que merece la pena hacer aunque sepamos que no es lo mejor)
-Una buena botella de agua, bien clara y transparente
-Me tropezaré al entrar a la sala oscura pero me levantaré (las veces que haga falta), con humor, poniendo una sonrisa y aprendiendo que tengo que fijarme más
-Probablemente me equivoque de sitio mil y una veces
Pero seguro seguro seguro que estaré con gente a la que adoro y que la peli será una de superhéroes con mucha acción y amor entre escena y escena. ¿Qué le voy a hacer si me gustan las causas perdidas? 
Un poco extravagante la reflexión de martes noche que hasta aquí llega. Buenas noches, y recordad compartir siempre vuestras palomitas con quienes vean la película a tu lado y llorar al final de la peli. Que os salga del alma todo porque si no estaréis renunciando a lo que de verdad importa: vuestra esencia.