No sé si es que no tienes nada que contar o soy yo la que ha querido dejar de escuchar.
Si de verdad no es suficiente o soy yo la que ha decidido que lo poco no le vale.
No sé si son esos gestos que ya no tenías o es que me bebía hasta el último trago de tu aliento.
Si de verdad sólo veía que esa forma de actuar hacía que dejase de querer volar.
Y no es justo para nadie,
que no tengas, que te sienta,
que me invente que hago pellas,
que me enfade y que me marche,
que te riñas y te escapes.
No, eso no era justo pero escucha, ¿entiendes? Es desde la distancia algo nuevo, que siempre estuvo ahí. Es a gritos una ilusión, la punta del iceberg, la entrada a un camino. Son las noches largas que me esperan bailando por ahí, sola o con otros, incluso con otras. Son las ganas de rogar que no pare nada, que aumente la velocidad, que se rompa el hilo y que no pensemos antes de hablar.
Esto empieza, solo quiero avisar de que ya no importa lo que me lleve por delante, porque lo poco ya no me vale, porque quiero volar. ¿Quién lleva las riendas ahora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario