Mando besos al cielo.
Para aquellos a los que no puedo volver a ver, sin un componente de tiempo específico; solo que ya no están en mi camino.
Mando besos al cielo, definitivamente, a las versiones que quise de aquellos que me hirieron. Por eso de que el perdón unidireccional funciona cuando tienes que soltar.
Mando besos al cielo para los que quise y me quisieron. Porque el pasado se puede ignorar, pero no borrar. Y porque si hice algo por ti, aunque solo fuera quererte en algún punto, merece la pena mandarte esos besos. Bajo la premisa de que lo hice por amor, no me debes nada.
También me mando besos al cielo a mí misma, quizá a la que más. A la versión a la que le faltaron abrazos. A la que hoy está en un pozo, uno oscuro del que saldrá en un par de días, pero que ahora me traga como un abismo se come la luz.
Mando besos al cielo por ese momento en el que no me salía la voz, en el que estuve semanas sin cantar, distante de todo lo que me hace ser yo. Mando besos a mis tatuajes, a las horas estudiando en Madrid, a cada palabra que en forma de literatura me ha traído felicidad y orgullo. Mando besos a los kilos que se fueron, a los que me hacían infeliz pero también eran parte de quien fui. Mando besos al cielo para que iluminen este momento profesional que me inunda cada día.
Mando besos al cielo,
porque he sido hija, hermana, amiga, pareja. Te mando besos al cielo para que los encuentres y te caigan como la lluvia de una primavera tardía, y te reencuentres con tus versiones más bonitas. Porque los momentos de duda duelen mucho, pero tu parte fuerte es mucho más grande.
Definitivamente, mando besos al cielo porque este año he aprendido que a prayer can be a hope, or a request for help. Porque vivir de dentro hacia fuera ha sido la segunda lección más dura de aprender. Porque he construido mi vida en los últimos seis años a base de carteles de “Alquilada”, un pasaporte y el mejor amigo de cuatro patas que he tenido nunca.
Finalmente, mando besos al cielo para ti. Aunque estés lejos y no te conozca. Porque en este poder tan infinito que tenemos hoy de llegar a todos los rincones del mundo con internet, si un poco de mi humanidad puede llegarte a través de cables y ondas, ojalá entiendas que esta experiencia vital del dolor sucede. Y que son ciclos.
Mando un beso al cielo por los ciclos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario