lunes, 6 de octubre de 2014

El sol sigue saliendo

Es hora de comenzar a explotar; y de hacerlo a lo grande. Dicen que después de la tormenta siempre llega la calma, pero que ese estado de embriaguez inducida por la ausencia de ajetreo no es duradero.
En mi primera semana lejos de casa he llorado, me he reído, me he perdido, me he confundido de metro, he estudiado, (he ido al gimnasio), me he acostado tan cansada que me parecía imposible después de evaluar el día y es que se me pasan las horas volando sin parar de hacer cosas.

Ayer comencé la segunda dándome cuenta de una cosa: todos los cambios asustan y mucho, pero si los deseamos tanto como venirme a Madrid y empezar casi de cero, es necesario ser valiente y afrontar que lo vas a pasar mal, pero que esa tormenta de cambios se acabará y todo volverá a la normalidad. Aunque esta nueva rutina sea distinta de la anterior, no deja de salir y de ponerse el sol, sigo teniendo clases de biología y química, hay gente agradable y otros que no lo son tanto...

Lo que quiero decir es que la vida sigue ocurriendo y yo tengo que amoldarme a esto me guste o no; y os aseguro que me encanta. A veces duele ver cómo Alicante sigue sin mí y todo lo que me voy a perder allí: hay relaciones que se hacen y deshacen, ver los mejores años de mis pequeños, esas quedadas que me hacían sentir a los míos cerca...Todas esas cosas que también tendré aquí pero con otras personas.

Voy a seguir con lo mío, un saludo a todos porque no sé cuándo volveré a escribir; pero estoy segura de que si tras una semana estoy tan contenta y todo ha evolucionado favorablemente, dentro de otros 7 días os escribiré más contenta aún.

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