viernes, 31 de octubre de 2014

Veintitrés alfileres

No sé qué tienes...
que revoloteas en las alas de mis deseos,
como esos pensamientos anclados a universos
en los que me perderé si vienes
a traerme de nuevo tus besos.

No sé qué tienes...
que cuando tu olor llama a mi puerta
me doy cuenta de que he estado muerta
hasta que me demostraste que me hieres
más que veintitrés alfileres.

No sé qué tienes...
que me petrificas cuando sonríes
¿son perlas o rubíes? 
Es tu alma enseñándome el mejor arma de quienes
por amor y por miedo, lo dan todo y pierden miles.

No sé cuándo saldrá el sol para nosotros,
ni si volveremos a vernos en primavera
empapados en el rocío de la mañana
después de un fin de semana en la playa.

No sé si la luna se acordará de nosotros,
cuando alejada y oscura
piense que es peor que otros astros
y se ahorque en lo que nos quedó de cordura.

No sé dónde quedarán esos sonidos 
de guitarra y risas a la luz de las velas;
ni los que intuían las penas
de los muelles donde acabábamos fundidos.


No sé dónde terminaremos, 
ni si mis ojos volverán a arder 
con el dulce cosquilleo de aquel contoneo
que volvía loco hasta al amanecer.

No sé mi vida,
si me verás como el monstruo que me imagino
en este halloween de partida;
donde lo único que queda es mi suspiro
y un par de ases en la manga para curar mi herida.


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