Dímelo a la cara porque tengo el cerebro estimulado,
quemado, acelerado, incorporando el honor de lo que siempre me decía a oscuras
y en contra a lo que les decía a los que no te creían.
Porque juego, porque miento, porque me niego.
No controlo y destrozo lo poco que me han puesto delante me lo como,
accionando el impulso animal, el hecho de que soy mortal
y parte de los que se niegan a negar las verdades impuestas de la sociedad.
Alcohólica y anónima, ¿qué más da? Si lanzamos lo atado y mantenemos lo que no tenemos.
Esto pasa por no haber aprendido a dejarme llevar y, en vez de ver cómo el agua corre,
me recorro los instintos que las leyes físicas me obligan a pensar.
Submit en código rojo y un caballo que se posa sobre un muro. Y sabe que la contraseña es azul. Una perla azul. "Corre" lee en la cerradura y se activa la dopamina.
Silibina. Impulsos motores y nerviosos le recorren hasta la punta de los cascos. Y no corre. Vuela. Siempre supo volar. Siempre pudo volar. Dime que no puedo, dímelo a la cara porque tengo el cerebro estimulado, quemado, acelerado, incorporando el honor de lo que siempre me decía a oscuras y en contra a lo que les decía a los que no te creían.
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