jueves, 28 de marzo de 2019

Hoy estoy aquí

Hoy estoy preparada para volver aquí. Hoy puedo hacer muchas cosas: puedo hablar de ti y lo puedo hacer acordándome de lo mejor. Puedo criticar lo peor. Puede describir en hipérboles nuestra relación.

Hoy estoy aquí, frente al ordenador; ordenando las cualidades de mí que tanto me gustaban. Se me eriza el bello de los brazos y me sienta la bestia que abraza a bella. No me desconozco pero tampoco puedo aminorar el dolor.

Sé que todo esto es bueno. Que hoy es hoy y estar es el 80% de la vida. Sé que no es por cifras pero tengo en mente el número de planes que teníamos y me desgarran los hilos de las oportunidades que perdimos. Pero da igual, porque hoy estoy aquí.

Esa frase que siempre será cierto hasta el día que deje de respirar. Una realidad que me ata a la realidad: que el mundo sigue girando a la misma velocidad y que mañana será otro día.

Hoy puedo teclear que me duele pensarte, pero que eso es bueno porque significa que mereciste la pena, que ese capítulo no lo escribí en vano. El dolor, junto a la pena, son sentimientos que al principio abruman y luego te recuerdan cómo de importante es crecer, transicionar. 

El dolor por dolor se encarna, duele, se vuelve sufrimiento y este en odio. El dolor que te promociona a un estado de mayor energía, de liberación aprendida, ese es el dolor útil: el que te hace sentarte enfrente del papel y te permite escribir "hoy estoy aquí".


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