Siempre digo que a las personas buenas les pasan cosas buenas y, a veces, eso no es cierto. Ni siempre somos buenos ni siempre uno recoge lo que siembra. Ayer me gradué. Un paso más en el camino que se ha pasado volando, cinco años después estas fotos reflejan gente que estuvo ahí desde antes de la Universidad Europea. Papá, no hay palabras para describir lo orgullosa que estoy de ti, para agradecerte todo lo que me has dado: "libertad y educación". Que esta es mi vida y me dejas ir escogiendo decisiones a mi criterio pero estando a mi lado. Gracias, también, no solo por darme alas, sino por dejarme mi tiempo cuando se me rompen y necesito que se me curen; no quiero que me asegures cielos despejados, me basta con saber en mitad de la tormenta que tú estás ahí, a 400 o 9000 kilómetros pensando en que esta tía puede conseguir todo lo que se proponga.
También hay gente que sonríe a mi lado y estuvo desde el principio. Pablo, Víctor, Ander, Andrea, Cristian, Paco y todos los que habéis hecho que Villaviciosa de Odón sea mi casa. No se me olvidan las "noches de chándal" y TGB, la de veces que he visto al señor De Olives llorar de risa, arreglar el mundo hasta las tantas hablando con Ander. Andrea, tú sabes lo mucho que supusiste para mí en un momento de cambio difícil y me encanta ir contigo a Ikea y perdernos con el GPS. Cristian, eres "Hakuna Matata" y tener a alguien así es un tesoro. Paco, que de ti he aprendido a perseguir lo que uno lleva por dentro y la fuerza de la fe.
Otros, habéis llegado más tarde y me demostráis cuantísima falta hace rodearse de personas que son humildes, que están ahí cuando descuelgas el teléfono. Tenéis el poder de escucharme y decirme las cosas a la cara, sin filtros, con cariño. Las lobitas, sois ejemplo personificado de ello: sois faro, sois luz.
Mis compis de biotec, al pie del cañón. Javi Charlie que nos vamos a descubrir el verdadero significado de "american size", tengo muchas ganas de compartir el viaje contigo. Rafa, buena caza y largas lunas, una cabeza brillante y un corazón que luce aún más.
Sergi, ¿qué te puedo decir que no te haya dicho? Desde hacer la prueba de acceso conmigo, ese chico monover me conquistó el corazón. Con su transparencia, sus defectos y virtudes, su compromiso con las causas justas. Eres tolerancia con los hechos y curioso por naturaleza. Ya no es solo lo que hemos hecho para botánica, salud pública o tecnología farmacéutica...eres esa vez que necesitaba hablar y me dijiste que no perdiese la perspectiva de la situación. Eres ese abrazo que necesitaba cuando perdí a mi amiga. Eres mucho y muy grande.
No me puedo olvidar de La Rioja ni de El Pilar. Sé que quizá no tengan cabida en este espacio pero es que estoy agradecida de lo bueno y de lo malo. De haber crecido tanto, de haber sido así.
Me falta mucha gente de la que puedo decir cosas buenas, pero esto ya es suficientemente largo y me lo llevo guardado en mi maleta. No a todas las personas buenas les pasan cosas buenas, pero qué maravilloso es que me hayáis pasado.
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