domingo, 14 de junio de 2020

Es más sencillo que todo eso

Quién eres tú viene definido por una infinidad de variables; casi o más complejas que las mías. Por esa red de experiencias, creo en la sinceridad. En la claridad. En no esconderme detrás de una fachada por no saber cómo reaccionar.

Eso lleva a que me planteé varias cosas: 
Puede que esa imagen que me he hecho de ti no sea la acertada y que deba fijarme más en cómo reaccionas; porque sí, se puede hablar de todo por carta, email o código morse. 
Puede que a veces idealicemos a ciertas personas porque necesitamos hacerlo y que sea así cómo, la mayoría de las veces, nos llevamos decepciones.
Puede que te haya dado un voto de confianza demasiado rápido y que te haya superado (recordándome porqué no lo hago normalmente).

No quiero escuchar cosas que no son verdad, el día que eso llegue espero que alguien me de una dosis de realidad. Pero, evidentemente, si estás preguntando es que buscas una respuesta y está feo divagar después de obtener lo que quieres. 

Puede que lo único que te esté comunicando es que quiero saber quién eres de verdad (y sé que esto es pedir mucho de primeras); si quieres conocerme de verdad (esto es aún más todavía).

Y si me voy, no te preocupes, que yo siempre vuelvo cuando algo me interesa. Mientras, seguiré diciendo que yo soy yo (con mis variables) y en ese caso me refiero a estar para los míos cuando necesiten Lolaterapia. No le cuelgo al mundo, le dejo esperando de la forma más adulta que sé, sin dilemas ni preámbulos. ¿O acaso no ha habido suficientes olas de sinceridad como para saber que no huyo?

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