¿De qué sirve vivir si no se es explosivo? ¿Para qué
estallar si no somos dinamita? ¿Para qué estar con alguien que no te cambie la
vida? Soy partidaria de hacer las cosas y de no dejarse llevar por el miedo, la
inseguridad, el exceso de sensatez y la infelicidad. Soy del estilo de los
“cautos explosivos”, me explico: pienso las cosas antes de hacerlas, está
claro, y además del rollo que podría soltar sobre la necesidad de ser
cuidadoso; tenemos que ser grandes.
Sí, tenemos que crecer, y reír, y divertirnos y llorar.
Tenemos que aprender a que “es mejor pedir perdón que permiso”. Aunque no estoy
del todo de acuerdo con esa frase, tiene parte de razón. ¿Mejoramos con el
tiempo? No. Mejoramos con la experiencia y con la intrepidez autoritaria que
nosotros mismos dejamos fluir.
Buenas noches y largas lunas.
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