miércoles, 10 de junio de 2015

En el corazón de una guerrera

Me he perdido de manera muy peligrosa en las curvas de lo que fueron nuestros recuerdos. Y es que persigo sin saberlo un fantasma que me engaña, creyendo que sé realmente derretir iglúes que nunca pude construir. Y no es por pereza, si no porque ya no puedo saltar más distancia ni recorrer más noches vacías.

No es porque no quiera, es porque me abruma la monotonía, tu ser desgarrante acabó conmigo por hacerme optar, sin temor a lo desconocido, a noches de verano y hamacas de mimbre en las que ya no susurramos lo infinito que es el mundo.

De veras, me he perdido. Que ya ni escribo a conciencia sabiendo que esto fue una leyenda, de esas que te piden que sigas contando el final inesperado. Una rima mal versada que flota tan plácida como la seda entre tus piernas. Pero las leyendas no tienen final inesperado y la seda nunca resistió más de dos bocados. 

Ahora, entre página y página de hielo y escarcha: "aprenderé a calentarme en las tormentas de verano con olor a tierra y almizcle" pienso mientras me congelo. "No dudaré en levantarme", digo como si hiciera falta conmemorar el momento en el que decidí hacerlo sola. "No lloraré", y miento como cuando prometí que no sangraría. Pero "me recuperaré siempre", afirmo con la mano en el corazón de una guerrera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario