sábado, 18 de enero de 2020

Culto al último trago

Sigo borracha de la resaca que me dejaron tus labios,
deshidratándonos mientras nos servíamos en un espacio atemporal,
acabando con un trago amargo 
de todo lo que fuimos.

Y supongo que me he vuelto abstemia,
porque aunque he bebido de otros vasos,
ningún tequila se asemeja a ti,
ningún whisky me produce un efecto embriagador,
no hay vodka que supere la vibración que sentía al tragarte.

No es un poema de sexo,
ni una declaración de intenciones,
solo quiero mezclar de nuevo todos esos ingredientes 
que nos hacían tan especiales, y esenciales, y agrios.

Vuelve por favor,
vamos a tomar el último chupito;
una dosis más que me ayude a superar
lo sobria que he estado todo este tiempo.

Que ya no soy la misma, 
ni me puedo sentar con un desconocido frente a una botella de vino.
Sin cargarme de más responsabilidades.
O esfúmate, desaparece, 
como el alcohol que hemos sudado juntos antes de brindar.

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