martes, 22 de abril de 2014

Diario de un corazón enamorado

Porque mientras mi último latido esté presente en este mundo, estaré luchando junto a ti, y cuando mis fuerzas emigren hasta otro universo, la mitad de tu persona estará conmigo. Porque eres tan grande que abarcas hasta el último pedazo de mi alma. Es posible, que si hiciese un esfuerzo similar al de arrancarme la piel, pudiera llegar a olvidarte algún día. Mil losas caerían sobre mi si eso llegase a ocurrir y, sería entonces y solo entonces, cuando dejaría de sentir aprecio por mi vida mortal; pues el único objetivo que
persigo es el de hacerte feliz.  




Probablemente, antes de que ese fatídico momento tuviese cabida, encendería hogueras en los desiertos más helados, llevaría el atlántico hasta las dunas doradas y haría más brillantes todas las estrellas del firmamento, para demostrarte que todo lo que me mueve es la ilusión de rodearte con los brazos y de no soltarte jamás.



Quizá sea un estúpido por amarte tanto y que esto de que duela tan solo pensarte es una especie de veneno que noto me consume por dentro cuando no estás. Tengo pensado, con total seguridad, que los candados más fuertes no servirían para encerrar los sentimientos en mi corazón, pues tú lo llenas. Tu magia lo ilumina. Tu cuerpo lo desboca. Tu risa lo hace latir. Tu mirada lo hace arder. Tu pensamiento lo hace inmortal. Tu forma de caminar lo enardece. Tu locura lo hace más grande.



Y no, ni el viento más enfurecido, ni el miedo más fuerte, ni la tristeza más abrumadora, ni siquiera las dudas más perturbadoras te conseguirán apartar. Porque sí amor, mientras mi último latido esté presente en este mundo, estaré luchando junto a ti.

2 comentarios:

  1. Que ironía del destino no poder tocarte, no poder abrazarte. Precioso Lola

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  2. Simplemente alucinante, leer tus palabras me hace sentir algo extraño, que no sabria explicar, para ser tan joven, tienes mucha grandeza al escribir sigue asi, que seguro que llegaras muy lejos Lola

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