lunes, 7 de abril de 2014

Los mejores comienzos pueden surgir de los peores finales

¿Por qué negarnos a aceptar que todo tiene un principio y un final? Ni los comienzos son mejores que los finales ni estos últimos tienen siempre un carácter más trágico. Eso se lo damos nosotros cuando nos engañamos pensando que será eterno y, cuando nos aceramos al precipicio y toca decir adiós, todo se nos hace cuesta arriba. Parece que hasta hayas dejado de ser tú mismo, que tu existencia no tiene sentido, que todo lo vivido hasta entonces fue una ilusión y que tú, producto de tu propio engaño y cegado por la venda de la falsa eternidad, te has inducido en una pesadilla de la que no podrás salir.

¿Por qué hacemos eso? Incluso cuando hemos aprendido la lección volvemos a creer que el camino es llano y sin fin. Pues bien, el horizonte también es alcanzable. Todo lo que tengas no significará nada si no sabes emplearlo correctamente, lo mejor no te servirá si no lo usas empleando todo tu potencial y lo peor que tengas será lo que te obstaculice como no lo controles. Es tan fácil como poner toda tu fuerza en algo pero sin olvidar nunca que hay que saber incorporar los cambios, incluso cuando estos implican poner los pies en el cielo y darnos con la cabeza en el suelo.

No tengas miedo a saltar, probablemente te des un golpe al caer, pero seguro que aprenderás. Cada parte de si se hará más grande y las soluciones las irás encontrando en relación a lo que te esfuerces. Y si te equivocas siempre puedes elegir otro camino. De todas formas, la Tierra seguirá girando y la gravedad actuará sobre ti de la misma manera que los demás, lo alto que llegues solo depende de ti.

1 comentario:

  1. Es increible, no podrias contar verdades mÁs grandes. Cuanto más grande sea el golpe más despiertas. No me canso de leer aquî, sigue asi

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