martes, 11 de noviembre de 2014

Que no se apague la llama

Que nadie te quite la ilusión, ni la vida, ni los sueños. Que nadie te robe la esperanza ni el deseo de seguir creciendo. Que nadie te corte nunca las alas para que caigas. Que no te hagan creer que no llegarás a gigante. Que no intenten ni por asomo negar tu valentía para hacerse un abrigo de palabras necias que te desampare en el frío. Que no lo hagan.

Es mejor seguir sintiendo escalofríos con esa canción, o dibujar una sonrisa cuando te das cuenta de que lo que impresiona son tus palabras y no por lo que tienes. Mejor siempre aburrirse de la vida de los demás, perderse en los líos ajenos a ti, probar la carne de cañón de vez en cuando para endurecer la nuestra, reírse de los problemas cuando los tienes delante y no sólo cuando los has superado. Aprender de las caídas y saltar por encima las piedras que ya nos hayamos cruzado. Siempre es mejor...estar por encima de ciertas cosas, hacer más robusta tu fuerza de voluntad y cumplir metas. Siempre es mejor olvidar el odio y quedarse con lo bueno; que aquella frase de "te voy a cortar las alas potrillo desbocado" se quede en "potrillo desbocado" fuerte, impenetrable, leal y noble. Que los perdones sean sinceros y no nos olvidemos de decirnos siempre cuan importantes son para ti los que te rodean. Que no se pierda el calor en un abrazo, que persista lo suficiente como para calentarnos con tan solo pensarlo. Que la noche no caiga sobre nosotros y nos congele los sentimientos. Que no se apague nunca la llama.

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