domingo, 25 de mayo de 2014

Iglús sin primavera

Caricias sin escalofríos,
aire sin contaminar,
cafés que no queman,
una aguja sin pajar.

Iglús sin primavera
que hielan al entrar;
pues no tienen ni tejado
y no hay pista de esquimal.

Relojes sin arena
y desiertos sin sol,
coches fúnebres sin muertos,
domingos con despertador.

Libros vacíos de historias,
besos que se tienen que ocultar,
pues no hay nada tras ellos,
solo sexo en un desván.

Miradas no lascivas
que se pierden al entrar
en laberintos directos
a una puerta sin cerrar.

Ascensores sin botones
que llevan al subsuelo.
Calles sin huecos,
funerales sin entierros.

Cigarros sin ceniza,
pisadas sin huella,
borracheras sin resaca,
vida que no es vida.

Tiempo al tiempo hay que dar
para que nos saque de la paradoja
en la que te encuentras a veces,
sin morir por atardeceres
ni iglús en primavera.

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