si buscarte entre las páginas de algún libro,
si comprar un billete de tren para acercarme a donde estés.
No sé si pensarte,
si dejar que el tiempo pase hasta que la vida caprichosa nos deje atados.
He encontrado un zapato
¿seré la cenicienta que encierre tu cuento?
¿seré yo caperucita y tú mi lobo hambriento?
He perdido la cuenta
entre ecuaciones matemáticas y pensares filosóficos,
de esos que dictan que los corazones dejan de ser mágicos.
Ya no sé ni lo que digo,
solo digo lo que ni tan solo hago;
que ojalá fuera el destino quien quisiera ponerme a tu lado.
Pues ni mis pupilas te conocen,
ni mis labios te han rozado;
solo sé que existes y que para mí no estás, amado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario