Se me está agotando la fuerza para escribir;
empleándola entre geranios y plantas que desconozco.
Como un colibrí que agita las alas grácil, fácil, ágil.
Se me están marchando las ganas,
los restos de un imperio machacado por su propio rey;
un poco demócrata en un sistema anarquista.
Tan estúpido y solitario que la dictadura caía sobre un único pilar:
la más absoluta soledad.
Se me están secando las manos;
unas que ahora mojo en el oasis de algún puerto
sin nadie esperando en el muelle,
sin palmeras que me digan hacia donde sopla el viento.
Se me está escapando el espíritu;
tan virtual y descentralizado
que lo perdí en alguna de mis extremidades corpóreas.
Se me está olvidando mi nombre;
la identidad de una figura que se desvanece en un ambiente sombrío.
Tenebrosidad antes de perderse en el mar de las lamentaciones.
Pero los soldados sacan fuerza de la tinta y de la pluma,
que empuñan para recoger los pedazos de la anterior batalla.
Sin mancharse las manos de sangre pero sí de sudor.
No se nos escapará el espíritu,
nos queda mucha vida, nos queda mucho que respirar.
lunes, 9 de diciembre de 2019
miércoles, 6 de noviembre de 2019
It has happened
You don't know how, but it happened.
And it happened the way beautiful things
happen: fast and creepy.
Have you ever seen how the wind is cut
with a sharp blade? So subtle and lewd. You can even feel a chill when you
hear, in an exhilarating second, how the empty space screams.
From top to bottom,
like when I feel you and I can't sleep.
From left to right,
like when I remember all summer scenes I
long for.
And if I continue along that path, now
you are in the next image.
And a colorful sky in California.
A one that burns.
A one that is zealous to see us coming back
home in Shadow.
To have
you by my side,
with one
foot on the ground
and the
other about to take the next step.
To have
me by my side,
Holding my
own hand
and the
other floating to count every single mole in your body.
Even if it doesn't make much sense,
even I am not ready for something like
that,
nor do I feel capable of cutting through
the air, subtle and lewd.
I am to float.
I am to set the fire on fire,
I am to -simply- be.
The importance of having something to
lose,
the nice thing about taking a chance is
not to be prepared to have it,
or neither be prepared to bet;
and whether you win or lose,
at least you will have been able to choose.
lunes, 28 de octubre de 2019
Yellow tulip
Me gustarían unos tulipanes amarillos. Sí, tengo antojo de que alguien me sorprenda con una flor y me diga que se ha acordado de mí al verla. Pero a la vez, prefiero verlos crecer y morir en un campo. Rodeada de tantos que no pueda elegir, tan solo admirar su belleza y contemplar cómo, en cierta forma, es tan bonito que ninguna de esas flores me pertenezca.
Como una tormenta que se aleja hasta la siguiente, que llegará y me arrebatará conciencia pero traerá experiencia, espero y veo que no pasa nada. Qué bonita es esta calma, qué difícil parar para disfrutarla, qué único es este momento.
Está naciendo a lo lejos un tulipán amarillo precioso, que me llama a la posesión y la animadversión a la vez. ¿Qué será lo que esconden esos pétalos dorados?
¿Cuántas poesías más seré capaz de escribir antes de que se marchite y tenga que alejarme de ese campo atormentado? Furia, relámpagos y penumbra tras la caída de un sol que ahora calienta mi piel.
Como una tormenta que se aleja hasta la siguiente, que llegará y me arrebatará conciencia pero traerá experiencia, espero y veo que no pasa nada. Qué bonita es esta calma, qué difícil parar para disfrutarla, qué único es este momento.Está naciendo a lo lejos un tulipán amarillo precioso, que me llama a la posesión y la animadversión a la vez. ¿Qué será lo que esconden esos pétalos dorados?
¿Cuántas poesías más seré capaz de escribir antes de que se marchite y tenga que alejarme de ese campo atormentado? Furia, relámpagos y penumbra tras la caída de un sol que ahora calienta mi piel.
viernes, 25 de octubre de 2019
Louisville
I want to write this so you'll understand. What do I expect? What am I looking for? You don't even know who I am but every morning I find a puppy that makes me smile. And it is not exclusive to the early hours of the day. Who knows me and sees me, straighly knows I am talking to you. Do I show that much? Silliness, suddenly, strongly. Without looking for it. All so on October 12th, Hispanic Day, so far from home, so far from me.
Like the Joker, I'm not the most
stable girl; I like beer with the taste of a pink elephant and I'm one of those
who takes off their heels to dance on the wet grass. And even if I don't know
how to tie the helmet of your motorcycle, I wouldn't mind thanking life with you in
San Francisco or Sacramento. We've come to play, haven't we?
But I have a feeling we know each
other better than what could seem only after 12 days. And it's just that too
much has happened in too little time: each one of us in our own way has come
out of a jail or we have avoided entering it. And yes, you look very handsome
on one side of the table in the library (all your econometric stuff), but I think you have to be even more
so under the sun in the mountains.
Despite your frozen pizzas and the
lousy coffee, I can't be more grateful for your hugs. Sometimes I find it hard
to understand those idioms you love to use when you talk, explaining to me how
to play DnD and how William and Lola climb the cliffs. But here I am, taking
the raccoon out of my purse...wait, it wasn't like this, was it?
Don't
worry, I'll be honest. Don't worry, I only preach the truth. And it's not
about exclusivity, it's rather a self-imposed freedom when I don't need more for
laughing than to think about how your
hometown is pronounced (literally "like you have a mashed potato in your
mouth”).
lunes, 14 de octubre de 2019
Tadan.
No está pasando nada. Absolutamente nada. Y qué maravilloso es eso, ¿no? Que esté en calma el tiempo, que no te contesten un mensaje, no tener un plan. Puede que en ese momento entre el ansia por algo que deseas y te preguntes por qué no está pasando cuando en realidad lo mejor es respirar y ver todo lo bueno que tienes a tu alrededor.
Y es que no necesitas nada más. No necesitas ir a ese sitio, ni esa respuesta, ni a esa persona. Todo lo que importa lo tienes contigo ya, así que disfruta de ese momento de armonía y calma porque es cuando, en realidad, todo puede suceder.
Ponte cómodo, estás bien. Vives el momento, no mires la hora. ¿Qué más da con quien estarás al final de la noche? ¿Qué importa el final del fin de semana? Simplemente camina y respira a tu ritmo, no al suyo.
Trabaja a diario esa relación contigo mismo; es increíble lo muchísimo que eso llena. Ten una vida de la que tú te sientas atraído, de la que te sientas orgulloso. Quien entre en ella será porque quiera estar y porque tú le dejes. Autosuficiencia y plenitud.
No pretendas que suceda, solo deja que suceda.
Y es que no necesitas nada más. No necesitas ir a ese sitio, ni esa respuesta, ni a esa persona. Todo lo que importa lo tienes contigo ya, así que disfruta de ese momento de armonía y calma porque es cuando, en realidad, todo puede suceder.
Ponte cómodo, estás bien. Vives el momento, no mires la hora. ¿Qué más da con quien estarás al final de la noche? ¿Qué importa el final del fin de semana? Simplemente camina y respira a tu ritmo, no al suyo.
Trabaja a diario esa relación contigo mismo; es increíble lo muchísimo que eso llena. Ten una vida de la que tú te sientas atraído, de la que te sientas orgulloso. Quien entre en ella será porque quiera estar y porque tú le dejes. Autosuficiencia y plenitud.
No pretendas que suceda, solo deja que suceda.
miércoles, 9 de octubre de 2019
Pareteando
El 80% de las consecuencias proviene del 20% de las causas.
Contabilizando constelaciones cautivas;
consternadas a brillar.
De bruces, burlonas, bravas.
¿Y si la mayoría del esfuerzo lo estás repartiendo mal?
¿Y si distribuyendo tu energía fueras a conseguir mucho más de lo que buscas?
Cambiando la perspectiva y clamando unas caricias calmadas y constantes.
Quizá era eso lo que Pareto quería decir
y no se trata de empujar sino de tirar.
Quizá estés tan cerca
que no seas capaz de verlo;
como el farero que busca el sol
bajo una luz permanente.
Como quien no haya el polo norte
con una brújula desimantada.
Pero como no hablamos de una sonoridad aleatoria
sino de un cambio real,
habrá que hacer un plan de acción.
Y tomarse con calma el calendario.
Y tomarse con holgura las horas.
Y tomarse el reloj con relevo.
Puede que deba admitir
que admiro mi fuerza
y no esconderme tras espejos.
Puede que deba anunciar
un absurdo avance.
Puede que sea eso,
que el 20% de las causas
genera un 80% de las consecuencias.
Contabilizando constelaciones cautivas;
consternadas a brillar.
De bruces, burlonas, bravas.
¿Y si la mayoría del esfuerzo lo estás repartiendo mal?
¿Y si distribuyendo tu energía fueras a conseguir mucho más de lo que buscas?
Cambiando la perspectiva y clamando unas caricias calmadas y constantes.
Quizá era eso lo que Pareto quería decir
y no se trata de empujar sino de tirar.
Quizá estés tan cerca
que no seas capaz de verlo;
como el farero que busca el sol
bajo una luz permanente.
Como quien no haya el polo norte
con una brújula desimantada.
Pero como no hablamos de una sonoridad aleatoria
sino de un cambio real,
habrá que hacer un plan de acción.
Y tomarse con calma el calendario.
Y tomarse con holgura las horas.
Y tomarse el reloj con relevo.
Puede que deba admitir
que admiro mi fuerza
y no esconderme tras espejos.
Puede que deba anunciar
un absurdo avance.
Puede que sea eso,
que el 20% de las causas
genera un 80% de las consecuencias.
lunes, 7 de octubre de 2019
Menos pasiva, más egoísta, intrusiva
No sé cómo está pasando, pero lo bonito de esta incertidumbre es que me enseña que todo llega.
Llega el sol a tu piel, picante, mísero y efímero hasta que se esconde. Aunque no se la misma forma en todas partes. Ni siquiera tu dermis es la misma; ahora pareces menos pasiva, más egoísta e intrusiva.
Y llega la sensación de las cosas bien hechas. Porque no hay viernes sin lunes, ni fluye nada antes de empezar, ni la recompensa se ve tan grande cuando no ha costado. Y está costándome, pero aquí estoy viendo como sucede,
Decidiendo poco a poco cómo entenderme rodeada de cosas que no entiendo pero voy aceptando. Y aún así, aunque todo llegue, quiero una habitación con vistas al futuro. Aquí no hay persianas, ni paella, ni terrazas. Pero hay surf, amigos nuevos, café americano. Aquí hay tantas cosas buenas como malas, aquí también hay miseria, muchísima más. Aquí hacen las cosas diferente; era tal cual me decías y eso hace que te recuerde más de lo que debería.
Punto de mira fijado en un objetivo; la cuerda floja se pone tensa para andar por azoteas lejanas. No se me irá el punto de referencia: esto se trata de adoptar lo que aquí hacen bien sin perder la mochila de buenas costumbres que me traje.
Llegará más sol y llegará más sombra. Qué bonito todo lo que llegue.
Llega el sol a tu piel, picante, mísero y efímero hasta que se esconde. Aunque no se la misma forma en todas partes. Ni siquiera tu dermis es la misma; ahora pareces menos pasiva, más egoísta e intrusiva.
Y llega la sensación de las cosas bien hechas. Porque no hay viernes sin lunes, ni fluye nada antes de empezar, ni la recompensa se ve tan grande cuando no ha costado. Y está costándome, pero aquí estoy viendo como sucede,
Decidiendo poco a poco cómo entenderme rodeada de cosas que no entiendo pero voy aceptando. Y aún así, aunque todo llegue, quiero una habitación con vistas al futuro. Aquí no hay persianas, ni paella, ni terrazas. Pero hay surf, amigos nuevos, café americano. Aquí hay tantas cosas buenas como malas, aquí también hay miseria, muchísima más. Aquí hacen las cosas diferente; era tal cual me decías y eso hace que te recuerde más de lo que debería.
Punto de mira fijado en un objetivo; la cuerda floja se pone tensa para andar por azoteas lejanas. No se me irá el punto de referencia: esto se trata de adoptar lo que aquí hacen bien sin perder la mochila de buenas costumbres que me traje.
Llegará más sol y llegará más sombra. Qué bonito todo lo que llegue.
miércoles, 25 de septiembre de 2019
La revolución de un mantra
A veces no es planeado y sucede. Pasa tan rápido que da miedo, que hasta parece de mentira y te conviertes en un exagerado pero lo cierto es que está sucediendo. Estás volviendo a brillar, a sacar una sonrisa cuando lees el mensaje, a imaginaros en vuestro próximo encuentro, a recordar la broma que te hizo. Y eso pone los pelos de punta porque es tan bonito, fugaz e intenso que el vértigo se apodera de cada poro de tu piel y respiras en cada ápice.
A veces, cuando esto pasa, es doloroso porque te evoca a épocas pasadas en las que se te arrebató la alegría y te das cuenta de que hay clavos que siguen ahí a pesar de que deberían haber desaparecido. Y lo más bonito es que no importa nada. Somos átomos de carbono que se organizan y alteran para contar una historia, única e independiente.
Somos nuevos ritmos, latidos que explotan en besos robados y frases que te hacen mantenerte despierto. Somos el tejido que se recompone después de romperse y la revolución de un mantra que se esfuerza por renovarse en las fauces de su juventud. Porque sobretodo, somos jóvenes. Somos creencias en el pasado y esperanza en el futuro. Somos la incertidumbre del siguiente paso. Somos la exclamación que precede un silencio cómodo.
Y en ese punto en el que no sabes si saltar a la piscina o seguir tomando el sol mientras disfrutas del calor, creo que debemos plantearnos lo siguiente: el agua es vida y, aunque te puedas ahogar, va a ser donde disfrutes realmente. El sol, solitario, solsticio, acaba quemando y dejándonos secos. Hay que tirarse a la piscina, aún a riesgo de pasarlo mal. Hay que salir de "lo de siempre". Hay que avanzar. Hay que entender que merece la pena pasar un poco de frío ya que es entonces cuando te das cuenta de lo bonito que es tener miedo a perder algo que aprecias.
domingo, 22 de septiembre de 2019
23 de septiembre
No han pasado ni 7 días desde que he llegado.
No han pasado ni 6 meses desde que te fuiste.
Pasa el tiempo y paso yo, pasa la vida y no pido perdón. Pero sirve arrepentirse, sirve decidir tomar las riendas y trazar un plan.
Sirve, especialmente cuando no lo buscas, quitarse la camiseta de los prejuicios y someterse a la aventura de vivir. Siempre con cuidado y mirando a cada lado, pero sin escuchar los susurros.
Y aunque haya gotas de dolor, parece que aquí las palmeras crecen tan alto que nada las puede tumbar. Está claro que el mundo de la apariencia se mezcla con el de la realidad y parece darles igual.
Los rinocerontes pueden tomar un significado distinto mientras que los lobos siguen siendo quienes eran, incorporando resquicios del crecimiento al que están sometidos.
No he cantado ni 5 canciones.
No he trascrito ni 4 poemas.
Pasa el tiempo y paso yo, pasa la vida y no pido perdón. Pero sirve arrepentirse, sirve decidir tomar las riendas y trazar un plan.
Sirve, especialmente cuando no te curas, soltar todo lo que uno lleva dentro y dejarse llevar.
Y aunque no me vista de gala ni tenga un nombre hecho, tengo un pasaporte en el bolsillo y muy poco miedo.
Hay algo más de sangre en mis venas, hay algo más dentro de mi cabeza. Todo desordenado y mezclado, tiempo al tiempo.
No han pasado ni 6 meses desde que te fuiste.
Pasa el tiempo y paso yo, pasa la vida y no pido perdón. Pero sirve arrepentirse, sirve decidir tomar las riendas y trazar un plan.
Sirve, especialmente cuando no lo buscas, quitarse la camiseta de los prejuicios y someterse a la aventura de vivir. Siempre con cuidado y mirando a cada lado, pero sin escuchar los susurros.
Y aunque haya gotas de dolor, parece que aquí las palmeras crecen tan alto que nada las puede tumbar. Está claro que el mundo de la apariencia se mezcla con el de la realidad y parece darles igual.
Los rinocerontes pueden tomar un significado distinto mientras que los lobos siguen siendo quienes eran, incorporando resquicios del crecimiento al que están sometidos.
No he cantado ni 5 canciones.
No he trascrito ni 4 poemas.
Pasa el tiempo y paso yo, pasa la vida y no pido perdón. Pero sirve arrepentirse, sirve decidir tomar las riendas y trazar un plan.
Sirve, especialmente cuando no te curas, soltar todo lo que uno lleva dentro y dejarse llevar.
Y aunque no me vista de gala ni tenga un nombre hecho, tengo un pasaporte en el bolsillo y muy poco miedo.
Hay algo más de sangre en mis venas, hay algo más dentro de mi cabeza. Todo desordenado y mezclado, tiempo al tiempo.
jueves, 29 de agosto de 2019
Volar incandescentes con todo
Y en medio de la muchedumbre, el polvo, unos cuantos gritos de socorro y el aullido de un lobo perdido, estabas tú.
Estaba ahí tu aliento, tu elocuencia, esos ojos verdes como la selva de la que creo que emana mi alma. Una fuerza poderosa desde la garganta, donde crece tu risa hasta volverse carga de vida.
Unos labios a los que doy gracias por no haber besado; para que sean descubrimiento. Sobretodo alas. Principalmente viento. Finalmente vuelo.
¿Qué es lo que pasa cuando se mezcla la atracción con la inteligencia? ¿Qué sucede cuando cada vez que te miro me enamoro más y lucho con la melancolía de lo que está bien y lo que está mal? Que se pierde y se gana. El búmeran que corta lo que se pone delante pero siempre vuelve para demostrarte que lo establecido se puede truncar.
Y es que hemos ingerido la situación conforme venía. Hemos renunciado al momento para salvar el futuro. La rima en la punta de un rascacielos en cada una de las ciudades que hemos visitado. Con M de Marasmo; agotada y convencida; parando cualquier actividad física y mental pero a la vez sin dejar de bailar y pensar. Madrid no nos ha matado, nos ha hecho más fuertes y ojalá pudiera verte esta noche por sus calles o en los bares donde me quedo como una tonta pensando lo mal que elegí.
Contigo he aprendido a escoger el perdón al permiso. Un universo de arrepentimiento es un universo ahogado en su propio agujero negro. Sin embargo, está siendo un agujero negro muy divertido y si la alternativa hubiera sido la existencia de vacío, me quedo con que seamos estrellas errantes. De esas que vuelan incandescentes con todo o reciben apagones muy oportunos.
martes, 27 de agosto de 2019
Mirar atrás
Solía mirar hacia atrás, como cogida por un mundo que la torturaba amarrada a unas cadenas largas. Despacito, ahogando poco a poco los atisbos de personalidad. Esa vida que se le salía por los poros y pedía cada vez más y más vida.
La risa, los objetivos, el sudor...que acaban derrotando las cuerdas de la imposición. Bum.
Una brisa y tres tonos menos después volvió a mirar hacia atrás, sabedora de todo aquello con lo que había roto; arreglando en cada pausa los pedacitos que habían arañado de su espíritu. Y era hermoso saber que no iba a volver a mirar atrás, que todo lo que se llevaba en la mochila era lo bueno.
La risa, los objetivos, el sudor...que acaban derrotando las cuerdas de la imposición. Bum.
Una brisa y tres tonos menos después volvió a mirar hacia atrás, sabedora de todo aquello con lo que había roto; arreglando en cada pausa los pedacitos que habían arañado de su espíritu. Y era hermoso saber que no iba a volver a mirar atrás, que todo lo que se llevaba en la mochila era lo bueno.
martes, 2 de julio de 2019
Marca de agua
Cuando a veces solo ves bandazos que te impulsan a tomar caminos decisivos. Respuesta rápidas. Cabreos materializados en distancia. Y sin embargo solo tienes una opción para coger el aire que te falta y tomar impulso hacia una única oportunidad.
En ese momento puede que te quede recordar que en el menú se puede escoger la templanza, la esperanza. Puede que hay que tomar un vuelo hacia el interior y apagar las llamas. Puede que haya que asesinar el sol un poco y frenar para decir lo que realmente quieres decir y no solo cambiarle a la ira el as bajo la manga.
No quiero pasarme la vida hablando de un amor que no llega ni ser la chica que se cambió mil veces de ropa para estar perfecta una noche que no vivió. No quiero ser la que no mantiene amistades, ni la que estalla para olvidarse cada dos años de dónde vienen sus raíces. No quiero renunciar a la vida por el dolor de la caída. Ni quiero ser de esas que despiden el barco desde el muelle.
Espero ser de las que no encontró a su persona desde el principio porque sabe que lo de la media naranja se lo inventó quien no supo lo que era la naranginasa. Soy la que puede mirar atrás y agarrar una mano amiga que seguirá estando ahí. Por Dios...si soy la chica que tiene un árbol que le dice que siga creciendo en sus ramas y penetrando las raíces. Si quiero disparar desde arriba y caer cuando haga falta pegar el salto tras un gran suspirar. Seré el timón y la vela, el ancla y la bocanada de aire.
Resulta que además de imprudencia, podemos ver la realidad, suspirar y olvidar el dolor para seguir avanzando sin que duela, sin que la vida pese tanto que nos impida andar. Arrastrarse por la bondad y no negarnos a nuestra naturaleza, a nuestra razón de ser que está a punto de estallar cuando haces del paseo un sitio auténtico.
lunes, 24 de junio de 2019
5 años después
Siempre digo que a las personas buenas les pasan cosas buenas y, a veces, eso no es cierto. Ni siempre somos buenos ni siempre uno recoge lo que siembra. Ayer me gradué. Un paso más en el camino que se ha pasado volando, cinco años después estas fotos reflejan gente que estuvo ahí desde antes de la Universidad Europea. Papá, no hay palabras para describir lo orgullosa que estoy de ti, para agradecerte todo lo que me has dado: "libertad y educación". Que esta es mi vida y me dejas ir escogiendo decisiones a mi criterio pero estando a mi lado. Gracias, también, no solo por darme alas, sino por dejarme mi tiempo cuando se me rompen y necesito que se me curen; no quiero que me asegures cielos despejados, me basta con saber en mitad de la tormenta que tú estás ahí, a 400 o 9000 kilómetros pensando en que esta tía puede conseguir todo lo que se proponga.
También hay gente que sonríe a mi lado y estuvo desde el principio. Pablo, Víctor, Ander, Andrea, Cristian, Paco y todos los que habéis hecho que Villaviciosa de Odón sea mi casa. No se me olvidan las "noches de chándal" y TGB, la de veces que he visto al señor De Olives llorar de risa, arreglar el mundo hasta las tantas hablando con Ander. Andrea, tú sabes lo mucho que supusiste para mí en un momento de cambio difícil y me encanta ir contigo a Ikea y perdernos con el GPS. Cristian, eres "Hakuna Matata" y tener a alguien así es un tesoro. Paco, que de ti he aprendido a perseguir lo que uno lleva por dentro y la fuerza de la fe.
Otros, habéis llegado más tarde y me demostráis cuantísima falta hace rodearse de personas que son humildes, que están ahí cuando descuelgas el teléfono. Tenéis el poder de escucharme y decirme las cosas a la cara, sin filtros, con cariño. Las lobitas, sois ejemplo personificado de ello: sois faro, sois luz.
Mis compis de biotec, al pie del cañón. Javi Charlie que nos vamos a descubrir el verdadero significado de "american size", tengo muchas ganas de compartir el viaje contigo. Rafa, buena caza y largas lunas, una cabeza brillante y un corazón que luce aún más.
Sergi, ¿qué te puedo decir que no te haya dicho? Desde hacer la prueba de acceso conmigo, ese chico monover me conquistó el corazón. Con su transparencia, sus defectos y virtudes, su compromiso con las causas justas. Eres tolerancia con los hechos y curioso por naturaleza. Ya no es solo lo que hemos hecho para botánica, salud pública o tecnología farmacéutica...eres esa vez que necesitaba hablar y me dijiste que no perdiese la perspectiva de la situación. Eres ese abrazo que necesitaba cuando perdí a mi amiga. Eres mucho y muy grande.
No me puedo olvidar de La Rioja ni de El Pilar. Sé que quizá no tengan cabida en este espacio pero es que estoy agradecida de lo bueno y de lo malo. De haber crecido tanto, de haber sido así.
Me falta mucha gente de la que puedo decir cosas buenas, pero esto ya es suficientemente largo y me lo llevo guardado en mi maleta. No a todas las personas buenas les pasan cosas buenas, pero qué maravilloso es que me hayáis pasado.
También hay gente que sonríe a mi lado y estuvo desde el principio. Pablo, Víctor, Ander, Andrea, Cristian, Paco y todos los que habéis hecho que Villaviciosa de Odón sea mi casa. No se me olvidan las "noches de chándal" y TGB, la de veces que he visto al señor De Olives llorar de risa, arreglar el mundo hasta las tantas hablando con Ander. Andrea, tú sabes lo mucho que supusiste para mí en un momento de cambio difícil y me encanta ir contigo a Ikea y perdernos con el GPS. Cristian, eres "Hakuna Matata" y tener a alguien así es un tesoro. Paco, que de ti he aprendido a perseguir lo que uno lleva por dentro y la fuerza de la fe.
Otros, habéis llegado más tarde y me demostráis cuantísima falta hace rodearse de personas que son humildes, que están ahí cuando descuelgas el teléfono. Tenéis el poder de escucharme y decirme las cosas a la cara, sin filtros, con cariño. Las lobitas, sois ejemplo personificado de ello: sois faro, sois luz.
Mis compis de biotec, al pie del cañón. Javi Charlie que nos vamos a descubrir el verdadero significado de "american size", tengo muchas ganas de compartir el viaje contigo. Rafa, buena caza y largas lunas, una cabeza brillante y un corazón que luce aún más.
Sergi, ¿qué te puedo decir que no te haya dicho? Desde hacer la prueba de acceso conmigo, ese chico monover me conquistó el corazón. Con su transparencia, sus defectos y virtudes, su compromiso con las causas justas. Eres tolerancia con los hechos y curioso por naturaleza. Ya no es solo lo que hemos hecho para botánica, salud pública o tecnología farmacéutica...eres esa vez que necesitaba hablar y me dijiste que no perdiese la perspectiva de la situación. Eres ese abrazo que necesitaba cuando perdí a mi amiga. Eres mucho y muy grande.
No me puedo olvidar de La Rioja ni de El Pilar. Sé que quizá no tengan cabida en este espacio pero es que estoy agradecida de lo bueno y de lo malo. De haber crecido tanto, de haber sido así.
Me falta mucha gente de la que puedo decir cosas buenas, pero esto ya es suficientemente largo y me lo llevo guardado en mi maleta. No a todas las personas buenas les pasan cosas buenas, pero qué maravilloso es que me hayáis pasado.
lunes, 17 de junio de 2019
Graduada, enseñarme sin más
Me acuerdo de levantarme aquella mañana el 27 de septiembre de 2014. Me había despedido de todos mis amigos, de mi casa, de mi bici, de los helados de la Masiá. Fue bonito cerrar la maleta, poner el despertador pronto y despedirme rodeada de besos y cariño.
Llegué a Madrid y llovía. Y hacía frío y no conocía a nadie. No me quise volver en ningún momento y menos cuando conocí a Mercedes en la cafetería. Mucho menos, incluso, cuando volví a ver a Sergi en clase. Entre el humo de una cachimba en la habitación de la residencia reímos mucho y empezamos a darnos cuenta de lo que era vivir solos y lejos de casa. Turboembudos, mucho cine.
Tiempo después de haber aprendido a que el hogar es el sitio donde pasas la mayor parte de tu semana, me di cuenta de que aquello que creía que dejaba atrás en Alicante solo quedaba en otro plano. No se puede mantener contacto diario con tanta gente y aún así siguen estando ahí, formando parte de ti.
Los siguientes años han sido una locura. He viajado, he perdido mucho, he ganado todavía más. Me encanta pensar en el día que Pablo perdió el vuelo, en la anécdota que tengo con Santi yendo a Portugal, en las veces que me he quedado dormida en el 518. La primera entrevista, el último susto. La de veces que el Supercor nos ha salvado la noche y cuantísimas hemos cerrado "los bares" para callarles la boca a todos los que dicen que "no hay nada en Villaviciosa". Sus fiestas, su gente, haberme enamorado en sus calles, haber trabajado tanto por ser farmacéutica.
Lo que diferencia esto de lo del resto puede que sea muy poco, excepto que es mío y lo he vivido lo mejor que sé. Renací en Colombia y me recorrí muchos kilómetros también por aquí y por allá. Nos hemos apuntado a un bombardeo, la verdad es que ha sido continuo movimiento. Y aunque aún queda tiempo para volar a California, seguro que recordaré dentro de un tiempo que el 15 de septiembre de 2019 aterricé allí; el tiempo que hará ese día y cómo conocí a gente a la que querré.
De momento, ha sido un placer Madrid. Gracias a todos, por enseñarme a base de palos y de alegrías. Por enseñarme sin más.
Llegué a Madrid y llovía. Y hacía frío y no conocía a nadie. No me quise volver en ningún momento y menos cuando conocí a Mercedes en la cafetería. Mucho menos, incluso, cuando volví a ver a Sergi en clase. Entre el humo de una cachimba en la habitación de la residencia reímos mucho y empezamos a darnos cuenta de lo que era vivir solos y lejos de casa. Turboembudos, mucho cine.
Tiempo después de haber aprendido a que el hogar es el sitio donde pasas la mayor parte de tu semana, me di cuenta de que aquello que creía que dejaba atrás en Alicante solo quedaba en otro plano. No se puede mantener contacto diario con tanta gente y aún así siguen estando ahí, formando parte de ti.
Los siguientes años han sido una locura. He viajado, he perdido mucho, he ganado todavía más. Me encanta pensar en el día que Pablo perdió el vuelo, en la anécdota que tengo con Santi yendo a Portugal, en las veces que me he quedado dormida en el 518. La primera entrevista, el último susto. La de veces que el Supercor nos ha salvado la noche y cuantísimas hemos cerrado "los bares" para callarles la boca a todos los que dicen que "no hay nada en Villaviciosa". Sus fiestas, su gente, haberme enamorado en sus calles, haber trabajado tanto por ser farmacéutica.
Lo que diferencia esto de lo del resto puede que sea muy poco, excepto que es mío y lo he vivido lo mejor que sé. Renací en Colombia y me recorrí muchos kilómetros también por aquí y por allá. Nos hemos apuntado a un bombardeo, la verdad es que ha sido continuo movimiento. Y aunque aún queda tiempo para volar a California, seguro que recordaré dentro de un tiempo que el 15 de septiembre de 2019 aterricé allí; el tiempo que hará ese día y cómo conocí a gente a la que querré.
De momento, ha sido un placer Madrid. Gracias a todos, por enseñarme a base de palos y de alegrías. Por enseñarme sin más.
domingo, 9 de junio de 2019
Sociopatía en un café
Soy consciente, plenamente, de que a veces solo buscamos sentirnos bien con nosotros mismos. Lo necesitamos: un perdón, una palmada en la espalda que nos diga que "has tomado el camino adecuado". Aprobación, amistad, recrearse en un objetivo. Cerrar capítulos.
Todo sentimientos que requieren de algo fuera en vez de mirar en el interior. Es tan fácil hacer listas de lo que hicieron mal, buscar reprimendas, decir que ya no estás orgulloso. Es tan fácil (y necesario). Pero hay que coger las situaciones con un marco teórico (gracias TFG) y dejarse de acertijos con uno mismo. La diferencia entre complicado y sencillo es darle la importancia que merece. Y no la merece cuando tú ya has saltado de página.
Palabras que se dicen traicionando o las que no se dicen. Pasará el tiempo y quedan ahí. Sin futuros reproches, lo prometo, pero grabadas y desmerecidas. Aún así, la filosofía de subir y no hacer búmerans de historias acabadas sigue siendo la acertada.
Sin excusas, sabiendo qué eres, sin calificativos que deploren ni enturbien intenciones que no había. Sin remordimientos. Ni sabes amargo, ni escueces, ni quiero seducirte, ni volver a ti. Ni quiero fumar, ni quiero tropezar. No tengo recetas para semanas de mierda, pero me estoy quedando con quien me las salve.
Todo sentimientos que requieren de algo fuera en vez de mirar en el interior. Es tan fácil hacer listas de lo que hicieron mal, buscar reprimendas, decir que ya no estás orgulloso. Es tan fácil (y necesario). Pero hay que coger las situaciones con un marco teórico (gracias TFG) y dejarse de acertijos con uno mismo. La diferencia entre complicado y sencillo es darle la importancia que merece. Y no la merece cuando tú ya has saltado de página.
Palabras que se dicen traicionando o las que no se dicen. Pasará el tiempo y quedan ahí. Sin futuros reproches, lo prometo, pero grabadas y desmerecidas. Aún así, la filosofía de subir y no hacer búmerans de historias acabadas sigue siendo la acertada.
Sin excusas, sabiendo qué eres, sin calificativos que deploren ni enturbien intenciones que no había. Sin remordimientos. Ni sabes amargo, ni escueces, ni quiero seducirte, ni volver a ti. Ni quiero fumar, ni quiero tropezar. No tengo recetas para semanas de mierda, pero me estoy quedando con quien me las salve.
lunes, 27 de mayo de 2019
Ser faro, ser luz
Todo el mundo sabe que a veces, me da por escribir. Muchas veces
es por aburrimiento o por inercia; en los momentos malos y en los buenos; e
incluso en aquellos en los que no hay blancos ni negros, solo grises (muy
bonitos) mientras disfruto el paseo.
Por seguir con el color, está
el naranja de los atardeceres. Cada vez duele menos pensar en los que vimos
juntos y que siguen allí, cada día un poco más tarde y que vivirán más que
nosotros.
Está el verde. El verde en
muchos tonos distintos pero el más bonito es el verde esperanza. Y hablando de
esperanza, hay personas que son como velas, o velas que son como personas (no
estoy muy segura). Pero la luz que desprenden va mucho más allá de la llama y
el calor tintineante. La luz de una vela encendida (y de una persona) puedes
verla en la oscuridad aun cuando estás muy lejos de ella; porque hay gente que
no necesita ni siquiera abrir la boca para demostrar su fuerza y, sobretodo, su
bondad.
Obcecándonos, a veces
demasiado, en reprimir algunos sentimientos cuando es complicadísimo. Cuando no
es necesario. Cuando lo que importa está más en lo que se dice que en lo que se
calla; y se encallan en el alma el dolor y la tristeza. Y es que los faros no
están hechos para estar apagados, ni las personas que son como faros y tienen
la desgracia (y la suerte) de intentar hacer volver a barcos que están en
realidad perdidos.
Ser faro, ser luz.
miércoles, 22 de mayo de 2019
La felicidad también se entrena
La felicidad también se entrena. Lo puedes hacer escuchando esos tacones en los que hacía demasiado tiempo que no te subías, poniendo andamios de personas que te quieren y te cuidan de verdad, esos que de tenerlos siempre tan cerca dejas de ver pero sin los que te caerías.
Podrías, por ejemplo, recordar tu rutina de frases matutinas; la retahíla de versos que cantas desde hace años, aquellos incluso que has aprendido hace poco y no tienen sentido; ya lo tendrán. Porque avanzas, porque no te caes. E
Ser luz, entre tanta niebla, para quien acabas de conocer y aprender a recibir brillo de fósforos incandescentes. Cada uno en su universo, en uno tan oscuro que nadie entiende. Los nervios en la piel; una dermis que, gracias a ti, te acarician y te cuidan cuando necesites esconderte. B
La felicidad seguro que se entrena aprendiendo.
Descubriendo la obra de arte en la que te mueves y caminas, gritando en silencio que estás aquí y que no te vas a ir. La ausencia de ti mismo es un castigo inmerecido; lo saben hasta los enanos. Esforzarse y reírse de lo malo, que es mucho menos que lo bueno siempre. M
Necesitamos invertir en experiencias, atrevernos a ir un concierto solos y que se nos suba el corazón a la boca invirtiendo en Pecados. Que es mentira eso de que la medicina es el remedio para las Cicarices; sobretodo cuando a las rosas les salen capullos, es mejor cortarlos de raíz. S
Aunque no seamos expertos en felicidad, la entrenamos cada día sin darnos cuenta y eso, poco a poco, da resultados.
Podrías, por ejemplo, recordar tu rutina de frases matutinas; la retahíla de versos que cantas desde hace años, aquellos incluso que has aprendido hace poco y no tienen sentido; ya lo tendrán. Porque avanzas, porque no te caes. E
Ser luz, entre tanta niebla, para quien acabas de conocer y aprender a recibir brillo de fósforos incandescentes. Cada uno en su universo, en uno tan oscuro que nadie entiende. Los nervios en la piel; una dermis que, gracias a ti, te acarician y te cuidan cuando necesites esconderte. B
La felicidad seguro que se entrena aprendiendo.
Descubriendo la obra de arte en la que te mueves y caminas, gritando en silencio que estás aquí y que no te vas a ir. La ausencia de ti mismo es un castigo inmerecido; lo saben hasta los enanos. Esforzarse y reírse de lo malo, que es mucho menos que lo bueno siempre. M
Necesitamos invertir en experiencias, atrevernos a ir un concierto solos y que se nos suba el corazón a la boca invirtiendo en Pecados. Que es mentira eso de que la medicina es el remedio para las Cicarices; sobretodo cuando a las rosas les salen capullos, es mejor cortarlos de raíz. S
Aunque no seamos expertos en felicidad, la entrenamos cada día sin darnos cuenta y eso, poco a poco, da resultados.
jueves, 16 de mayo de 2019
Otro calo más
Algo que sea de verdad, una rubia entre mis manos, otra entre mis brazos. Fumar un calo y mirar al sol, que calienta mientras se esconde, usando el cielo de lienzo y marcando el camino hacia el fin de un día.
La risa sincera, de la que es estridente y genera más voces, contagio, tu flujo incansable de luz y vida. Unos amigos, la hierba fresca, unas cartas y saber que aún quedan horas hasta acostarse. La incertidumbre de volver acompañado a casa y que sean tus curvas las que alinean mi mente en el rooftop más cercano que veamos.
Comprarte ropa interior que me vuelva loco y te elogio, eres el momento vivo y duradero que se acabará en cuanto parpadeé. Y te alargarás, y me dolerá. Pero qué bien sienta estar. Esto es de verdad, las burbujas de una rubia que atraviesa mi garganta y la mirada malvada de la otra que quiere que la bese sin cesar.
Un nombre que coleccionar, historias que contar, otro calo más.
sábado, 4 de mayo de 2019
Los 10 caminos del boicot
Hablando con un buen amigo que está lejos me ha inspirado para escribir un par de cosas que me hacía falta poner sobre el papel. ¿Por qué nos boicoteamos? ¿Cuál es el buen camino? Esto te lo dedico a ti, por todas las cosas que aún nos quedan por vivir y por todas las veces que el corazón se romperá (y las que estaremos para reconstruirlo).
Los problemas o tienen 10 soluciones mínimo o no tienen ninguna y en el transcurso de estar ciego y buscar fuera de uno mismo, es bueno echar un vistazo dentro y recoger esa energía que realmente llevas y te pertenece.
Puede que, al menos en mi caso, la palabra no sea boicotear. O sí. Pero puede que haya que quitarle esa connotación negativa y cambiarla para decir "proteger". Puede que me boicoteé ruinmente pero que sea una forma de no dañarme más. Puede que sea porque me conozco de forma subconsciente (no del todo, ni de lejísimos) y ponga el freno de mano cuando la cosa se acelera y siento que aún no me he curado de mi anterior caída.
El buen camino es el del amor. "Cuanto más amor das, mejor estás y así to' el rato bro". Lo diga quien lo diga: alguien a quien admires, que te inspire, que no te caiga bien, quien sea; hazle caso. El mejor camino es aquel en el que amas a quien te ama, perdonas a quien te daña y sigues buscando tu senda sin esperar que, quienes te acompañan en ella, se comporten como tú crees que deberían comportarse. Eso se llaman expectativas y fomentan los prejuicios y las infelicidades.
Cuando algo te moleste, dilo y quítate la piedra del zapato; pero anda.
Cuando pierdas a alguien, llórale; pero no permites que te entierre a ti también.
Cuando descubras verdades que duelan agradece haberlas visto porque aunque vivamos mejor en la ignorancia, no se puede comparar a la libertad de tomar decisiones sobre cómo tomarnos las cosas.
Mientras des amor, aunque te boicotees las veces que necesites para curarte, tu camino se irá abriendo; "y así to' el rato bro".
Los problemas o tienen 10 soluciones mínimo o no tienen ninguna y en el transcurso de estar ciego y buscar fuera de uno mismo, es bueno echar un vistazo dentro y recoger esa energía que realmente llevas y te pertenece.
Puede que, al menos en mi caso, la palabra no sea boicotear. O sí. Pero puede que haya que quitarle esa connotación negativa y cambiarla para decir "proteger". Puede que me boicoteé ruinmente pero que sea una forma de no dañarme más. Puede que sea porque me conozco de forma subconsciente (no del todo, ni de lejísimos) y ponga el freno de mano cuando la cosa se acelera y siento que aún no me he curado de mi anterior caída.
El buen camino es el del amor. "Cuanto más amor das, mejor estás y así to' el rato bro". Lo diga quien lo diga: alguien a quien admires, que te inspire, que no te caiga bien, quien sea; hazle caso. El mejor camino es aquel en el que amas a quien te ama, perdonas a quien te daña y sigues buscando tu senda sin esperar que, quienes te acompañan en ella, se comporten como tú crees que deberían comportarse. Eso se llaman expectativas y fomentan los prejuicios y las infelicidades.
Cuando algo te moleste, dilo y quítate la piedra del zapato; pero anda.
Cuando pierdas a alguien, llórale; pero no permites que te entierre a ti también.
Cuando descubras verdades que duelan agradece haberlas visto porque aunque vivamos mejor en la ignorancia, no se puede comparar a la libertad de tomar decisiones sobre cómo tomarnos las cosas.
Mientras des amor, aunque te boicotees las veces que necesites para curarte, tu camino se irá abriendo; "y así to' el rato bro".
jueves, 2 de mayo de 2019
Maleta amarilla
Aquí hay dolor; muy poco. Una gota de rencor, inequívocamente intoxicándote, muy poquito a poquito, calando hondo dentro de tu ser y pesando como una losa enorme.
Ya te has ido quitando de dentro un montón de carga: liberación de algo que ni sabías que llevabas a cuestas, siendo lo menos liviano el hecho de que tú mismo ya ni estabas. Eso es lo que más amarga.
Has ido encajonando en rincones del alma eso que estaba esparcido por en medio, que no te dejaba ver con claridad tu objetivos y te ataba de cierta forma. No todo era malo, de hecho era muy bueno y si no, no sería tan letal ese último remanente.
Poco a poco has dado la cara, quitándote el perfil y buscando dentro eso que creías que estaba fuera. Los pulmones se han ido desprendiendo de humo y sabes que el precipicio está cogiendo una altura estupenda para saltar y caer de pie. Ni diez años y un día, ni el círculo, ni la mezcla de una base en un tocadiscos o la maleta amarilla que me encanta llevar a mi lado. Eso estará y será un reflejo vago cuando en primavera recuerde las rosas y los libros el 23 de abril.
Vas sacando, como una oleada de fuerza y tristeza en función de cómo sople el viento, motivos por los que comprender que te atreves con todo, sin escaparte, sin esperarte, sin disimular. Es un proceso curioso, lento y motivador: quitar las telarañas, mirar al lado y ver un hueco que llenar, o dejar así. I'll be OK, not just today pintado en una carretera, el calor, tu mirada, una foto, una risa, el asfalto, el olor a sal, volar, gritar, un beso, un sollozo, un mareo, una llamada, un corazón, dos razones, tres discusiones, cuatro abrazos, cinco días.
Cómo me gusta esta mochila vacía, el horizonte despejado, las miles de flores que me encontraré, las veces que me recordaré, cantar Outro y darle mi sentido para que Verte amanecer me sepa aún mejor. Qué bien este salto, qué bien mi maleta amarilla.
lunes, 1 de abril de 2019
No se puede encontrar paz evitando la vida. VW
Te escribo de nuevo, hoy no es ácido, hoy te doy las gracias.
Gracias por haber sido valiente. Gracias por ser quien tú querías ser y enseñarme quién podía ser yo. Gracias por cada lección, desde aquella en la que me dijiste la palabra "élite" hasta en la que comentaste que tú debías ser conmigo libertad y cariño, que no ibas a controlar mi vida pero sí estar ahí acompañándome.
Se me ha roto el corazón varias veces, y no de amor, y has estado. Y se ha caído el cielo pero tú has hecho sin saberlo que se ampliara porque, aún con las alas rotas, no querías reparármelas sino darme el espacio suficiente para que me curase y echase a volar cuando estuviera preparada.
Has sido la tormenta que te enseña que uno no puede encontrar la paz si no es capaz de enfrentarse a la vida. Uno no puede encontrarse a sí mismo y quedarse parado, porque todo cambia, porque nada es estático. Que la felicidad no es algo que llega, es algo por lo que tienes que pelear y que, el que no la veas no implica que no esté; solo tienes que buscarla buceando o con un Coibas mirando una puesta de sol.
¿Cuántas veces hablo de ti? ¿Cuántas veces pienso en ti? En cómo todo podría mejorar, en como empeoró, en qué hacer, próximos pasos, anteriores fracasos, futuras alegrías, las pérdidas no conocidas. Claro que soy rebelde. Y soy una loca; "las cuerdas atan". Y no voy a hacer caso porque tiro de la cuerda en dirección contraria a lo que me digan muchas veces, queriendo la razón. Pero jamás me olvido del corazón; puede que sea precisamente eso lo que me empuja a llevar la contraria.
Voy a seguir provocando explosiones, voy a hacer que las cosas ardan tanto en lo bueno como en lo malo. Voy a estar hasta las trancas toda la vida porque reboso vida, porque hay que enfrentarse a esta para encontrar paz y una vez encuentres paz puede que todo haya acabado.
Gracias de nuevo.
domingo, 31 de marzo de 2019
Esto no se llama FINalizado
"7 versos, ni una rima.
Repitiéndote incansable que todo pasa,
verbalizando en desagües
que quieres marcharte.
Dejando de escucharte,
FINalmente:
silenciándo. T."
¿Te das cuenta de la tontería que estás escribiendo?
¿Cómo te has atrevido a decir esas tres letras?
Nunca se acaba porque esto no para,
no deja de girar nunca.
Aunque te empeñes y dramatices,
no va a ser hoy cuando se acabe el mundo,
ni si quiera se terminará tu día.
Es absurdo,
ponerse clavos por las decisiones que otros han tomado.
Poco a poco lo irás viendo claro
y claro que te liberarás de ese peso,
que pasa despacio a tu lado y te recuerda lo malo.
Déjalo que se quede quieto.
Inquietante.
Vamos sumando ladrillos construyendo un muro
y cuando se derrumba, asustado:
intentas reconstruirlo rápido para no perder el norte.
Pero se ha acabado.
Tendrás que volver a empezar y será maravilloso
porque pasarás tiempo contigo mismo,
construyendo; acabar mirando un nuevo horizonte.
Y por eso esto no se llama "FINalizado",
porque aún no te has marchado,
aún no te has culpado,
aún no te has abandonado,
aún no te has alejado.
Y aun cuando todo eso suceda,
no podrás escribir un punto.
Bienvenido a un nuevo capítulo,
tan solo has EMPezado.
Repitiéndote incansable que todo pasa,
verbalizando en desagües
que quieres marcharte.
Dejando de escucharte,
FINalmente:
silenciándo. T."
¿Te das cuenta de la tontería que estás escribiendo?
¿Cómo te has atrevido a decir esas tres letras?
Nunca se acaba porque esto no para,
no deja de girar nunca.
Aunque te empeñes y dramatices,
no va a ser hoy cuando se acabe el mundo,
ni si quiera se terminará tu día.
Es absurdo,
ponerse clavos por las decisiones que otros han tomado.
Poco a poco lo irás viendo claro
y claro que te liberarás de ese peso,
que pasa despacio a tu lado y te recuerda lo malo.
Déjalo que se quede quieto.
Inquietante.
Vamos sumando ladrillos construyendo un muro
y cuando se derrumba, asustado:
intentas reconstruirlo rápido para no perder el norte.
Pero se ha acabado.
Tendrás que volver a empezar y será maravilloso
porque pasarás tiempo contigo mismo,
construyendo; acabar mirando un nuevo horizonte.
Y por eso esto no se llama "FINalizado",
porque aún no te has marchado,
aún no te has culpado,
aún no te has abandonado,
aún no te has alejado.
Y aun cuando todo eso suceda,
no podrás escribir un punto.
Bienvenido a un nuevo capítulo,
tan solo has EMPezado.
jueves, 28 de marzo de 2019
Hoy estoy aquí
Hoy estoy preparada para volver aquí. Hoy puedo hacer muchas cosas: puedo hablar de ti y lo puedo hacer acordándome de lo mejor. Puedo criticar lo peor. Puede describir en hipérboles nuestra relación.
Hoy estoy aquí, frente al ordenador; ordenando las cualidades de mí que tanto me gustaban. Se me eriza el bello de los brazos y me sienta la bestia que abraza a bella. No me desconozco pero tampoco puedo aminorar el dolor.
Sé que todo esto es bueno. Que hoy es hoy y estar es el 80% de la vida. Sé que no es por cifras pero tengo en mente el número de planes que teníamos y me desgarran los hilos de las oportunidades que perdimos. Pero da igual, porque hoy estoy aquí.
Esa frase que siempre será cierto hasta el día que deje de respirar. Una realidad que me ata a la realidad: que el mundo sigue girando a la misma velocidad y que mañana será otro día.
Hoy puedo teclear que me duele pensarte, pero que eso es bueno porque significa que mereciste la pena, que ese capítulo no lo escribí en vano. El dolor, junto a la pena, son sentimientos que al principio abruman y luego te recuerdan cómo de importante es crecer, transicionar.
El dolor por dolor se encarna, duele, se vuelve sufrimiento y este en odio. El dolor que te promociona a un estado de mayor energía, de liberación aprendida, ese es el dolor útil: el que te hace sentarte enfrente del papel y te permite escribir "hoy estoy aquí".
Hoy estoy aquí, frente al ordenador; ordenando las cualidades de mí que tanto me gustaban. Se me eriza el bello de los brazos y me sienta la bestia que abraza a bella. No me desconozco pero tampoco puedo aminorar el dolor.
Sé que todo esto es bueno. Que hoy es hoy y estar es el 80% de la vida. Sé que no es por cifras pero tengo en mente el número de planes que teníamos y me desgarran los hilos de las oportunidades que perdimos. Pero da igual, porque hoy estoy aquí.
Esa frase que siempre será cierto hasta el día que deje de respirar. Una realidad que me ata a la realidad: que el mundo sigue girando a la misma velocidad y que mañana será otro día.
Hoy puedo teclear que me duele pensarte, pero que eso es bueno porque significa que mereciste la pena, que ese capítulo no lo escribí en vano. El dolor, junto a la pena, son sentimientos que al principio abruman y luego te recuerdan cómo de importante es crecer, transicionar.
El dolor por dolor se encarna, duele, se vuelve sufrimiento y este en odio. El dolor que te promociona a un estado de mayor energía, de liberación aprendida, ese es el dolor útil: el que te hace sentarte enfrente del papel y te permite escribir "hoy estoy aquí".
lunes, 18 de marzo de 2019
Puntos de inflexión
Esa noche hablamos de puntos de inflexión. Estuvimos
hablando de faros en la distancia, de la fuerza de la tormenta, del carisma de
la responsabilidad y la picardía que tienen las decisiones emocionales.
Hablamos como lo hacen las olas del mar: tocando un tema y
luego otro, acariciando a veces las palabras, otras con fuertes embestidas que
nos hacían darnos cuenta de lo peligroso que es tirarse al mar con dudas.
Esa noche…qué larga fue. Nos miramos y nos sonreíamos como
si fuera la primera vez. No descubrimos nada que no supiéramos, o más bien fue
todo lo que sabíamos que estaba escondido y salió para que dejásemos de fingir.
Fue lento, húmedo; como tus besos y tu calor. Ritmo herido
en la piel, sangrando el alma con pequeños beats, como nuestra canción
agotándose.
Esa noche supe, otra
vez, que no estoy sola, solo estoy conmigo misma. Estúpidos recuerdos y
apretones de mano que se convirtieron en cuchillos que me acariciaban y no
quería dejar marchar.
Marchita. Mustia. Melancólica. Con “M de Marasmo” no leíste
y desde entonces espero que visites el orgullo de mi vida, mis letras, mi rima.
Bailando con la poesía y rompiendo el silencio; porque grité, esa noche grité y
me quedé a oscuras pensando en lo poco que ganaría y todo lo que había perdido.
Pensé en el arrepentimiento, en cuántas veces debí haber parado y solo podía
seguir hacia delante.
Cualidad difusa que a veces me empuja y otras me devuelve
una parte de mí que no quiero, una parte de ella que he heredado y de la que no
puedo despojarme. Sería como quitarme la piel, es inherente a mí. La locura que
a veces te besa y satisface y otras te abruma y deshace.
De nuevo, puntos de inflexión. Fue buen momento para
recordar cuánto había detrás de nosotros en cada gesto, cuáles de esos gestos
nos gustaban realmente. Por último, esa noche hablamos de volver juntos a casa.
Qué triste fue cuando me di cuenta de que esa ola acabaría rompiendo en el mar
y nunca llegó a la orilla.
Continuaré sola hasta el puerto más cercano.
lunes, 11 de marzo de 2019
Simplemente estar
El problema que tengo es que, de repente un día, esto deja de importarme. Y entonces, ya no lo llamaré "esto" si no "aquello" porque, sin darme cuenta, interpondré distancia para que no me duela. Cuando ese día llega, pierdo la sonrisa y lo peor es que ya no tengo brillo en los ojos cuando lo pienso. Simplemente, se ha esfumado la magia y todo lo que era capaz de aguantar y pelear ya no está.
Suele pasar con las decepciones. Pero las decepciones grandes, esas que notas cómo te han hecho un corte por dentro y parece que no hay paso atrás que te lo cure. Es en parte como nos vamos haciendo mayores, y desencantados, y decepcionados, y deprimidos.
No tiene que ver con no saber perdonar. Hay veces que no tienes nada que perdonar porque simplemente alguien haya tomado un camino que te haga daño. Todos somos dueños de nuestros actos, todos sabemos lo que duelen las cosas, todos podemos tenernos o no en cuenta. Hay que dejar de esperar de la gente que actúe como tú quieres; pero desde luego que también hay que saber soltar a aquellos que nos hieren sin razones de peso, para "que aprendamos" o porque "les apetece".
Mi casa es mi templo. Mi cuerpo es mi vehículo. Mi mente usofructo de mi vitalidad. Y en ese triángulo de las bermudas sobre el que baso mi vida quiero dejar fuera lo tóxico. Los colores de las sombras de quienes no supieron estar ahí. Gran parte del éxito consiste simplemente en "estar ahí".
Lo bueno de todo esto es, que sin lugar a duda, soy capaz de verle el lado positivo. Si me he levantado cuando me he caído, ya recuperaré la ilusión con nuevos retos. Ya pintaré nuevos paisajes. Ya cantaré nuevas canciones. Ya respiraré aire de otros lugares.
Suele pasar con las decepciones. Pero las decepciones grandes, esas que notas cómo te han hecho un corte por dentro y parece que no hay paso atrás que te lo cure. Es en parte como nos vamos haciendo mayores, y desencantados, y decepcionados, y deprimidos.
No tiene que ver con no saber perdonar. Hay veces que no tienes nada que perdonar porque simplemente alguien haya tomado un camino que te haga daño. Todos somos dueños de nuestros actos, todos sabemos lo que duelen las cosas, todos podemos tenernos o no en cuenta. Hay que dejar de esperar de la gente que actúe como tú quieres; pero desde luego que también hay que saber soltar a aquellos que nos hieren sin razones de peso, para "que aprendamos" o porque "les apetece".
Mi casa es mi templo. Mi cuerpo es mi vehículo. Mi mente usofructo de mi vitalidad. Y en ese triángulo de las bermudas sobre el que baso mi vida quiero dejar fuera lo tóxico. Los colores de las sombras de quienes no supieron estar ahí. Gran parte del éxito consiste simplemente en "estar ahí".
Lo bueno de todo esto es, que sin lugar a duda, soy capaz de verle el lado positivo. Si me he levantado cuando me he caído, ya recuperaré la ilusión con nuevos retos. Ya pintaré nuevos paisajes. Ya cantaré nuevas canciones. Ya respiraré aire de otros lugares.
jueves, 28 de febrero de 2019
Las golondrinas de Bécquer
Te quiero recordar cómo de importante eres. Que el calor dentro de ti me ha provocado alejarme de las golondrinas de Bécquer. Hace tiempo que no sé mirar el horizonte en los colores del espectro visible; y más bien me muevo como el espectro de aquello en lo que pensé que nunca me convertiría. Y sigue una parte que no se apaga, y vuelve de vez en cuando la tarde a tornarse rosa y naranja y el viento grita mi nombre mientras me ilumina desnuda por los huecos que deja la persiana.
Se oye un orgasmo matutino al morder las tostadas y como la melodía crece para morir antes de que podamos tan siquiera pensar en el sonido. Así de rápido mueren mis ganas. Así de brusco se vuelve el tiempo. Como tecleando un instrumento lleno de notas inexploradas, voy probando hasta que acierto y eso vale por todos los estruendos que he ido dejando atrás. Porque sí, lo dejo atrás y eso me sirve para volver al título: "cómo de importante eres".
El reflejo de las tres veces que he conjugado el verbo "volver" y las tres uves de esta frase, fue en vano la búsqueda de fe; de donde no hay, se saca rascando. Saco las uñas y me muestro, llena de encontronazos, llena de fe. Saco las uñas y me desgarro cuando no llego a verme desde dentro.
Pero de momento no lo necesito demasiado; no hay conclusión tras estos párrafos, solo una gran ola en la que me estoy moviendo y no encuentro dónde romperá, dónde iré a parar. Tal vez lejos de aquí, probablemente fuera de ti. Cómo de importante soy ya me lo recordará la espuma de esta ola, el crujido de la tostada, las golondrinas de Bécquer.
Se oye un orgasmo matutino al morder las tostadas y como la melodía crece para morir antes de que podamos tan siquiera pensar en el sonido. Así de rápido mueren mis ganas. Así de brusco se vuelve el tiempo. Como tecleando un instrumento lleno de notas inexploradas, voy probando hasta que acierto y eso vale por todos los estruendos que he ido dejando atrás. Porque sí, lo dejo atrás y eso me sirve para volver al título: "cómo de importante eres".
El reflejo de las tres veces que he conjugado el verbo "volver" y las tres uves de esta frase, fue en vano la búsqueda de fe; de donde no hay, se saca rascando. Saco las uñas y me muestro, llena de encontronazos, llena de fe. Saco las uñas y me desgarro cuando no llego a verme desde dentro.
Pero de momento no lo necesito demasiado; no hay conclusión tras estos párrafos, solo una gran ola en la que me estoy moviendo y no encuentro dónde romperá, dónde iré a parar. Tal vez lejos de aquí, probablemente fuera de ti. Cómo de importante soy ya me lo recordará la espuma de esta ola, el crujido de la tostada, las golondrinas de Bécquer.
viernes, 1 de febrero de 2019
Y por eso hago la cama
Hacer la cama. Empezar el día. Apoyar un pie y luego el otro. Estirar un brazo y luego el otro. Ordenar un pensamiento y luego el otro. No ha salido el sol y siento que es temprano para salir de la cama, para dar al mundo un poco de mí. Es temprano, incluso, para aquellos que siempre están despiertos.
Y, sin embargo, es tarde para los que siempre duermen. No les queda tiempo, ni ganas, ni alma, ni refugio a aquellos que no dicen nada, que no se mueven, que no han despertado y siguen soñando en una burbuja de profecías autocumplidas. Seguirán sin decir nada.
Me lavo la cara y no veo los años, veo lo que ayer me perturbó, lo que me hizo daño. Y entonces siento agonía y quiero meterme en la cama. Pero, aunque sea agonía, por lo menos siento. Y pienso que sentir es mucho mejor que la asepsia de quien no sufre porque no ha encontrado motivos para ignorar la ignorancia.
Desayuno una tostada monótona y encuentro comfort en los sabores salados, dulces y tiernos. También lo hago en el café amargo y en un yogurt insulso. Encuentro amabilidad en el hecho de poder llevarme algo a la boca, en nutrirme con energía.
Me pongo la ropa interior, me abrigo con la exterior. Y antes de salir por la puerta, ya he debido encontrar cómo vestirme de piel para adentro.
Resulta que desde que me he levantado he entrenado muchas cosas: mi capacidad para mirar la mañana oscura y decir que yo llevaré luz a las calles vacías. Que siento y eso es bueno porque sigo en movimiento. Que me declaro ignorante porque no sé de nada pero no quiero vivir en la felicidad del ignorante, sino decidir por mí misma. Que agradezco cada bocado, sabor y olor de la comida y agradezco a quienes han hecho que yo tenga la seguridad de que comeré al día siguiente.
Y todo ha empezado por hacer la cama; un ritual que parece inútil porque la desharé esa misma noche al acostarme pero que refleja en mí la satisfacción de que, si el día ha ido mal, podré llegar a mi casa y tumbarme en una cama bien hecha. Porque si en la vida no se empieza por lograr pequeñas cosas o disciplinas, las grandes serán más complicadas.
Y, sin embargo, es tarde para los que siempre duermen. No les queda tiempo, ni ganas, ni alma, ni refugio a aquellos que no dicen nada, que no se mueven, que no han despertado y siguen soñando en una burbuja de profecías autocumplidas. Seguirán sin decir nada.
Me lavo la cara y no veo los años, veo lo que ayer me perturbó, lo que me hizo daño. Y entonces siento agonía y quiero meterme en la cama. Pero, aunque sea agonía, por lo menos siento. Y pienso que sentir es mucho mejor que la asepsia de quien no sufre porque no ha encontrado motivos para ignorar la ignorancia.
Desayuno una tostada monótona y encuentro comfort en los sabores salados, dulces y tiernos. También lo hago en el café amargo y en un yogurt insulso. Encuentro amabilidad en el hecho de poder llevarme algo a la boca, en nutrirme con energía.
Me pongo la ropa interior, me abrigo con la exterior. Y antes de salir por la puerta, ya he debido encontrar cómo vestirme de piel para adentro.
Resulta que desde que me he levantado he entrenado muchas cosas: mi capacidad para mirar la mañana oscura y decir que yo llevaré luz a las calles vacías. Que siento y eso es bueno porque sigo en movimiento. Que me declaro ignorante porque no sé de nada pero no quiero vivir en la felicidad del ignorante, sino decidir por mí misma. Que agradezco cada bocado, sabor y olor de la comida y agradezco a quienes han hecho que yo tenga la seguridad de que comeré al día siguiente.
Y todo ha empezado por hacer la cama; un ritual que parece inútil porque la desharé esa misma noche al acostarme pero que refleja en mí la satisfacción de que, si el día ha ido mal, podré llegar a mi casa y tumbarme en una cama bien hecha. Porque si en la vida no se empieza por lograr pequeñas cosas o disciplinas, las grandes serán más complicadas.
martes, 29 de enero de 2019
Ilógicamente humano
Es totalmente ilógico. Como la forma en la que uno se
arrastra por el amor de un hijo; como las cenefas de lágrimas que uno dibuja
incluso cuando ya es tarde para todo.
Porque si fuera coherente, no sería verdadero. Si no te
levantases con el pecho ardiendo, no sería auténtico. Porque si duele tanto que
hasta es placentero, puede que haya un atisbo de realidad.
Porque no tiene ningún sentido; y esa es la aseveración más
sincera. No podemos buscar orden en el amor. No se pueden encontrar
justificaciones que expliquen los actos que haces por amor. Ni se puede
expresar a veces cuánto cansa el sentir que mueres por amor.
Porque la base del amor, la primerísima cosa que se ha de
hacer, es respetar. Y antes ni siquiera de plantearnos el amar, debemos:
querernos, cuidarnos y protegernos, a nosotros mismos.
No se debe prometer amor. No. Si amas, prometes respeto,
sinceridad, cariño, flexibilidad, sacar el sol en los días grises y ser el
sonido ambiente cuando la otra persona solo sea capaz de escuchar vacío. Ser
los versos medidos de una historia y crear magia de un bostezo a su lado diciendo
“te quiero”.
Y da igual por dónde empieces, pero debes empezar.
Da igual el pánico que te dé, pero debes atreverte.
Da igual cuánta oscuridad rodee una situación, debes ser quien ponga
luz.
El momento en el que más bajo estás puede que sea el mejor;
no tienes nada que perder, no tienes hacia donde caer. Solo vas hacia arriba.
Solo in crescendo. Y es que si no te
mueves pero tampoco puedes estar parado, quizá deberíamos cambiar hacia
verticalidad y plantearnos qué hacer para que nos salgan alas.
Esas ansias de volar, esa fuerza que tenemos todos dentro,
ese propósito de vida, el no poder dejar de respirar voluntariamente; todo eso
debe ser amor. Porque no es lógico, no; pero si dejas de amar, si dejas de
intentarlo, si permites que te venzan las ganas y desistes, entonces habrás
muerto y nada de lo que hagas después podrá ser digno de llamarse humano. Amar,
ilógicamente humano.
miércoles, 9 de enero de 2019
Solo aire
Y que no sea solo aire lo que respires.
Que entre en tus pulmones la luz,
avocada entre tanto alveolo oscuro y reprimido.
Que no sean frágiles tus manos, ni pobre
la elaboración de tus sueños.
Que disfrutes tanto de las pequeñas
cosas que veas belleza en la espuma de un café.
Que no guardes rencor, ni hagas ciegos a
tus oídos; cultiva música, y arte, y tiempo.
Que no sea solo aire lo que respires,
por favor.
Que la moneda con la que pagues se
devalúe y cobre importancia ganar en especias; gastar en sonrisas.
Que no sean solo letras escritas en un
poema.
Que arda en ti la pasión y te atrevas a
cometer otro error.
Que me salven esos besos tontos y pueda
volver a hacer el amor.
Que no sea solo aire lo que respires,
por favor.
Y que bailes, que luches, que te pisen.
Que llores y lluevas, bondad a pesar de
tanto mal.
Que no tengas nunca la intención de
parar.
Que tengas un propósito nuevo cada año;
que te levantes con la idea de construir más rápido y destruir pausado.
Que no sea solo aire lo que respires,
por favor.
Que todo se termina y solo tienes esta
vida.
Que si fuera solo aire lo que respiras,
acude en busca de nuevas rimas.
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